No hay país para perderse

Lo primero para solucionar un problema es reconocer que se tiene un problema. La gente lo reconoce porque lo vive en carne propia todos los días.

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Por Mirna Navarrete

30 December 2017

El 15 de abril de 2017, David Aquino tuvo problemas con su carro, se le recalentó. Esto le pasó en Izalco donde pidió ayuda; personas del lugar lo interrogaron a él y a quienes lo acompañaban, les preguntaron de dónde eran y respondieron que de Ciudad Arce. Esto habría encendido las alarmas de los pandilleros de la mara 18, quienes luego le dispararon a él y a sus amigos. A Aquino lo mataron por creerlo de pandilla contraria. Otro caso: Adonay Cardona se detuvo a preguntar por una dirección en la colonia Miramonte y fue baleado para robarle la motocicleta.

En El Salvador puede, pero no debe, perderse en sus calles. Hay que andar con cuidado siempre, no es exageración. Si usted toma una dirección equivocada, llega a un barrio o lugar como Los Llanitos, cerca de Ayutuxtepeque, probablemente entre pero tal vez no salga… vivo. Y si su carro se queda en el lugar equivocado le puede costar la vida.

Las muertes violentas y la delincuencia en El Salvador son las noticias de 2017. Esta tragedia ya penetró la vida diaria de muchos salvadoreños, al punto que antes de ir a cualquier lugar todos nos preguntamos si es zona segura o está dominada por alguna pandilla. Para nadie es secreto que en el país hay sectores importantes que “pertenecen” a distintas maras; en esos lugares está prohibido que ingresen foráneos o miembros de una mara distinta. El Estado ya perdió control sobre buena parte del territorio nacional.

Por todo lo anterior causa indignación la actitud del gabinete de seguridad y de muchos funcionarios afines al gobierno. Durante 2017 se han dedicado a minimizar el problema, señalando que ya no son veinte muertos diarios sino diez, que la mayoría de fallecidos son mareros y que hay zonas donde no se registran muertes violentas. Además de mediocre, esta actitud que ningunea a las víctimas es una bofetada a las familias de las personas que han fallecido. Los encargados de seguridad no han entendido que los muertos no son solo un número y que cada vida (de quien sea) debe ser valorada y respetada.

El diputado del FMLN Misael Mejía, miembro de la Comisión de Seguridad de la Asamblea Legislativa, expresó en una entrevista del programa República que “hay algunos sectores complicados efectivamente; como diputado por San Salvador me toca atender los municipios de San Martín y Soyapango... pero no es cierto que uno no pueda entrar; no hay lugares del territorio nacional donde no se pueda entrar”. Estas palabras o son ignorancia o es el mensaje controlado que el gobierno quiere divulgar para generar la percepción que la violencia está controlada. Como sea, casi nadie le cree. Solo hay que leer las reacciones que generó su afirmación y la lista de lugares a los que las personas le invitaron a visitar.

Ojalá que el año 2018 nos traiga mejores resultados en los planes de seguridad. Para ello es necesario que las autoridades se llenen de sinceridad y reconozcan que las estrategias implementadas a la fecha no han traído resultados.

Lo primero para solucionar un problema es reconocer que se tiene un problema. La gente lo reconoce porque lo vive en carne propia todos los días. Espero que con el tema de seguridad pública no vayan a jugar a la politiquería ahora que es tiempo electoral, ni quieran tapar el sol con un dedo y la delincuencia con parches inservibles. Y por favor, dejen de decir que en este país se puede ir libremente a donde se quiera. Inténtenlo pero a pie, o en carro si quieren, pero sin sus guardaespaldas. Verán que ahí no vale ser diputado, ni comisionado, ni ministro.

 

*Columnista de El Diario de Hoy.