Ante el nuevo año

Es momento de hacer un balance en nuestras vidas y, aunque el saldo no sea el esperado, debemos dar gracias a Dios, porque en su amor y misericordia, nos ha otorgado 365 días más en este mundo.

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Por Mirna Navarrete

29 December 2017

The Catholic World Report publicó recientemente una entrevista con el Padre Dwight Longenecker, autor del libro “Mystery of the Magi: The Quest to Identify the Three Wise Men”, en el que narra la investigación que realizó para comprobar la veracidad o no de la historia de los Reyes Magos en el Evangelio según San Mateo. Para ello utilizó evidencia arqueológica, moderna tecnología, textos antiguos y nuevos descubrimientos astronómicos, realizados principalmente por científicos españoles.

¿Cuál fue el resultado? Tras sus estudios, el Padre Longenecker deduce que los Reyes Magos no son mero simbolismo; existieron y eran diplomáticos de Petra, la capital del reino de Nabat, en Arabia.

Lo que el Padre Longenecker descubrió fue mucho más de lo que él había esperado. Una vez que comenzó su investigación, todos los hechos fueron ajustándose unos con otros. Y, aunque hay leyendas y mitos alrededor de estos personajes, la historia corta y simple dicha por San Mateo, es congruente con lo que ahora conocemos sobre geografía, economía, política y cultura de aquel entonces.

Corrobora esta teoría el que en 1930 el arqueólogo Nelson Glueck descubrió una piedra del zodíaco en el templo de Khirbet y Tannur, en Nabat, fechado en el Siglo Primero, indicando que este pueblo seguía una religión astral.

La arqueo-astrología ha comprobado que los templos y ciudades de Nabat se construyeron alineados con las constelaciones y los ciclos estelares. Además, textos dentro de los Rollos del Mar Muerto llenan otros vacíos en esta historia, llegando a la conclusión de que los Reyes partieron en un viaje de descubrimiento, deseando encontrar al Rey de Judá (que creían sería el nieto de Herodes el Grande). Ellos también esperaban al Mesías y fue a Él al que encontraron.

Este descubrimiento es importante no sólo porque la historia y la verdad son importantes, sino porque nos comprueba que los Evangelios no son leyendas ni cuentos, sino la verdad sobre el nacimiento de Cristo.

Mañana termina 2017, un año terrible para nuestro país, lo que redunda en que también lo ha sido para cada uno de nosotros, en especial, para quienes han perdido seres queridos en la vorágine de violencia que atravesamos y que pareciera no tener fin.

Es momento de hacer un balance en nuestras vidas y, aunque el saldo no sea el esperado, debemos dar gracias a Dios, porque en su amor y misericordia, nos ha otorgado 365 días más en este mundo. Y, después, debemos proponernos recibir el 2018 con positivismo y con la decisión de hacer todo nuestro esfuerzo porque las cosas cambien y nuestro país retome el rumbo de la razón y el bien.

Como ejemplo, podemos utilizar a los Reyes Magos. Ellos se alejaron de su presente siguiendo una estrella, esperando llegar a rendir honores al recién nacido Rey de Judá; en su lugar encontraron, como premio a su fe y sus esfuerzos, algo infinitamente superior: adoraron al mismo Dios hecho hombre, aquel que es el Camino, la Verdad y la Vida.

Posiblemente si nosotros fallamos en alcanzar nuestras metas, es porque tenemos muy poca fe y eso se traduce en poco esfuerzo, poco trabajo, poco entusiasmo y, por supuesto, ningún resultado. Por eso imitemos a los Reyes Magos, motivémonos a no desmayar, a seguir la estrella de nuestra particular vocación y a no cejar hasta verla completamente realizada.

*Columnista de El Diario de Hoy.