Chichipate

Recuerden que todo es para el uso y no para el abuso; que es mejor ser “bolo fino” que chichipate; mejor disfrutar que en exceso chupar.

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Por Elizabeth Castro

26 December 2017

Cachimbón, chunche, cherche, peche, Chente, chambre, cuchumbo chunchucuyo, chucho, choto, Chamba, chichipate…

De todo el Caliche con che, que nos encanta a los cheros, la palabra que le cayó más en gracia a mi primer jefe venezolano alemán fue chichipate: “Les presento a un chichipate de El Salvador”, me introducía en Caracas a su círculo de chichipates de múltiples nacionalidades. Por supuesto que la palabrita con la che daba tela que cortar mientras brindaban.

El indio Atlacatl en mí me ordenaba defender mi Nación, por lo que les aseguraba, a los panas de mi jefe, que los salvadoreños no somos tan chichipates. Aunque no lo crean, en Centro América hasta a los beliceños les gusta más el jarabe.

“Pero eso no es nada”, intercede la lorita Pepita, mientras lee una gráfica en su iPad “La corona del chichipate se la lleva Europa del Este: Lituania, Estonia, República Checa, Rusia. En Europa Central el Rey Ladrillo Seco es Austria, en Europa Insular, la Reina de apellido O’Reilly es irlandesa, y en Europa Cervecera, Deutschland, natuerlich”.

No es que a los cheros no nos guste el jarabe. Lo que pasa es que chupamos barbaridades, aceleradamente, en una sola ocasión —hasta ver a Dios— mientras que lo correcto es tomar moderado y tranquilo, en varias ocasiones, en un período de tiempo prolongado. En idioma de ABInBev, esto se llama consumo responsable, el alma de la cultura cervecera.

“En otras palabras, no ponerse una gran sirindanga garantía de un borrón de cassette y gomón perro”, afirma la lora, y agrega: “Si toma, use Uber”.

Debo reconocer que, desde mi primer trabajo hasta la fecha, ha mejorado nuestro Índice de Cultura Cervecera. A tal grado, que chichipate no describe acertadamente a los salvadoreños que disfrutamos dos que tres, con cassette grabado, bajo control y hoy se lo toma y mañana cero goma.

Cae bien. La cerveza y el vino relajan, resaltan el sabor de la comida y refrescan, “sobre todo las chelas”, se oye en chapín. Disfrutar un ron Cihuatán es decir “apoyo a nuestra industria”. No hay como saborear una Michelada con sal de mar o, ¿por qué no, un Chichimeco, nuestro trago nacional?

Trago nacional desde que ganó un concurso de bartenders ante un jurado entendido en la materia, en los tiempos del ministro Rochi de Turismo. Mezcla perfecta de 2 onzas de vodka, 1 onza de Triple Seco (puede ser un toque de miel de abeja), 3 onzas de jugo de arrayán. Se aprieta el 5 en la licuadora, con hielo, y ¡Jalud!

Lástima que no se le inyectó mercadeo al Chichimeco, nombre con mucho potencial para endulzar la melodía de bares premium y tiendas libres del AIESMOARG, nuestro así bautizado aeropuerto. (“¡Hipócritas!”, grito yo, no la lora).

En el aeropuerto de Lima hay más de 50 tipos de pisco, y el célebre y exquisito Pisco Sour es el aperitivo de mayor margen, favorito en bares y restaurantes de todo Perú. Junto a la Pilsen Callao, por supuesto.

En los bares y aeropuertos de México brota el tequila y florece la Margarita. Junto a La Corona, por supuesto.

En do Brasil, el cachaza y la Caipiriña. En el Caribe, el Cuba Libre y el Mojito. A los gringos no les gusta mezclar: “A shot of Wild Turkey” piden en Kentucky; “How about a Jack doublé?” en Tennessee, y en los 50 estados, “This Bud’s for me”.

Yo no tengo tiempo, pero dejo ir la oportunidad, sin patente, al emprendedor que la cache. Revivan el Chichimeco. Sáquenle el jugo al arrayán. El otro día se me ocurrió agregarle 4 onzas de Golden, vieran qué mixeada más sabrosa.

Cierro mi última nota del 2017 con este recorrido etílico, muy propio de la época. Que en el 2018 sigamos avanzando en nuestro Índice de Cultura Cervecera y recuerden que todo es para el uso y no para el abuso; que es mejor ser “bolo fino” que chichipate; mejor disfrutar que en exceso chupar.

Feliz resto de la Guadalupe Reyes, Feliz Año Nuevo, Feliz por los 50 martes de un año más (fallamos dos), que tuvimos el honor de compartir nuestra pluma y ocurrencias, con usted. ¡Qué chivo!

Firman: Lorita Pepita y Calín Alfaro.

*Columnista de El Diario de Hoy.

calinalfaro@gmail.com