Pronósticos globales para el 2018

En cada región global los sistemas que han estado en vigencia, ya sea desde el final de la Segunda Guerra Mundial o desde el colapso de la Unión Soviética, están comenzando a desmoronarse.

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Por Elizabeth Castro

26 December 2017

Debemos entender que el mundo está interconectado, por lo que es importante destacar temas que tengan mayor envergadura e importancia y unan en criterios a los países de manera global. Al identificar estos temas se pueden establecer las obligaciones y restricciones que dan forma al sistema global y que conducen a eventos importantes. En otras palabras, podemos predecir lo que sucederá en el año 2018.

El mundo es demasiado rico para reducirlo a un solo tema, pero si pudiéramos resumirlos, la síntesis sería la desintegración. En cada región global los sistemas que han estado en vigencia, ya sea desde el final de la Segunda Guerra Mundial o desde el colapso de la Unión Soviética, están comenzando a desmoronarse. La fe en estos sistemas fue sacudida por la crisis financiera global en 2008 y, en menor medida, el colapso de los precios del petróleo en 2014. Durante casi una década, los líderes de estas regiones han tratado de gestionar las consecuencias políticas y económicas de estas crisis.

El 2017 ha sido un año de una estabilidad tenue, si bien no fue un año en que el sistema global se rompió, tampoco fue un año en qué los líderes fueron capaces de resolver problemas que cuestionan los sistemas que gobiernan el orden global. Estos problemas continúan dando forma a algunos de los asuntos geopolíticos más importantes para el 2018, ejemplos: el futuro de Europa, el ascenso de China y la nueva configuración del Medio Oriente, entre otros.

La integridad de la Unión Europea ha estado bajo apremio desde 2008, al igual que el fundamento de su creación, tanto su política monetaria, regulatoria y de integración legislativa unen profundamente las diferencias que tienen históricamente dividido al continente.

La crisis económica mundial develó divisiones estructurales dentro del bloque europeo, y como sus miembros más ricos se negaron a rescatar a sus miembros más pobres, la crisis económica se transformó en una crisis política. Desde entonces, Gran Bretaña ha votado para dejar el bloque y los partidos políticos euroskeptic han ganado prominencia en el continente.

En 2018 no espero que estas tendencias se aceleren dramáticamente, ni algo tan intenso como el Brexit. Pero las tendencias tampoco cambiarán.

En China (2017) el Partido Comunista consolida su control sobre la sociedad bajo el presidente Xi Jinping, que pasó gran parte del año purgando a sus rivales, controlando sectores económicos revoltosos y promocionando que China ha entrado en una “nueva era” marcada por un crecimiento más lento. Se dice que se ha convertido en el líder más poderoso de China desde Mao Zedong y el retroceso de su consolidación de poder ha sido la amenaza de la desintegración.

Se pronostica que las deficiencias del autoritarismo de Xi son inevitables y los signos de una reacción negativa comenzarán a surgir en 2018. Xi ya está buscando aprovechar el nuevo entorno político y la ventana de crecimiento estable para aliviar dolorosas reformas. Pero las reformas en sí mismas, particularmente reduciendo la capacidad de la industria y la introducción de medidas para enfriar los mercados inmobiliarios, llevarán a pérdidas de empleo y descontento.

Medio Oriente en 2017. La desintegración asentó las bases para grandes cambios en la región. El territorio del Estado Islámico en Siria e Iraq fue suprimido, reabriendo un vacío de autoridad en la región. Arabia Saudita sucumbió a una crisis política generacional. El principal beneficiario ha sido Irán, con su inigualable influencia en Siria, Iraq y Líbano. Irán está en una posición única para llenar el vacío dejado por el Estado Islámico y Arabia Saudita que esta demasiada ocupada internamente como para mantener el respaldo en el Golfo.

*Columnista de El Diario de Hoy.

resmahan@hotmail.com