Dictadura y totalitarismo de género

La misma militancia critica la ideología de género; la escritora estadounidense Camille Paglia, lesbiana, atea y feminista, denuncia la sinrazón de la ideología de género y sus pretensiones totalitarias.

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Por Mirna Navarrete

07 December 2017

"La ideología de género es la última rebelión de la creatura contra su condición de creatura”. Así define esta perniciosa ideología el Papa emérito Benedicto XVI. Las sabias palabras de este teólogo de primer nivel resumen acertadamente un nuevo totalitarismo ideológico que se ha esparcido en muchos países.

La soberbia humana renegando de su propia naturaleza apela a trastocados caprichos sexuales, buscando imponer a la sociedad mediante la fuerza legal estos desvaríos antinaturales. Cito a España, donde se han aprobado leyes aberrantes por las que menores de edad pueden realizarse abortos, legalización de matrimonio homosexuales, regulaciones como la del cambio de sexo en el registro civil, suponen una implantación formal de esta ideología.

Canadá es otro país donde muchas personas se ven afectadas por esta ideología totalitaria; el nuevo proyecto de ley aprobado en Ontario bajo el nombre de “Ley de Apoyo a la Infancia, los Jóvenes y las Familias de 2017”. Éste consiste en que padres que se opongan a la ideología de género podrán perder la custodia de sus hijos. El partido liberal liderado por el primer ministro canadiense Justin Trudeau aprobó esta normativa y también el denominado “Proyecto 89”, que sustituye la Ley de Servicios a la Infancia y la Familia y concibe la “identidad de género” como un factor esencial en la educación de los niños, concederá a las agencias gubernamentales la potestad para prohibir la adopción a aquellas parejas canadienses que no comulguen con esta ideología.

Vemos estos ejemplos y nos quedamos atónitos ante estas leyes dictatoriales que buscan destruir a la familia. Sin embargo, incluso su misma militancia critica la ideología de género; la escritora estadounidense Camille Paglia, lesbiana, atea y feminista, denuncia la sinrazón de la ideología de género y sus pretensiones totalitarias. Cito sus palabras: “Un pensamiento mágico no puede borrar la violencia intrínseca en el aborto, este contrapone el más fuerte al más débil y sólo uno sobrevive”. Paglia critica con dureza el ensordecedor silencio de las feministas de segunda generación acerca de la ambigüedad ética de su sistema de pensamiento “pro-choice”, tachando al propio término “pro-choice” como un eufemismo cobarde.

Y siendo atea sorprenden sus declaraciones elogiando a la Iglesia Católica: admite que nutre un profundo respeto por el movimiento pro-vida porque su punto de vista tiene un fundamento moral elevado. “Aunque soy atea reconozco la superior belleza moral de la doctrina religiosa que defiende la sacralidad de la vida. La calidad de la idea y del lenguaje en el Catecismo de la Iglesia Católica supera a cualquier cosa que proceda del feminismo tenazmente utilitarista”.

Camille Paglia concluye invitando a los progresismos feministas que temen la expansión de los derechos del feto a que hagan un examen de conciencia sobre la retórica automática con la que descalifican a la causa pro-vida. “Un credo progresista que es contrario a la guerra, a las pieles, que es vegano y que está comprometido con la protección ambientalista de especies en riesgo de extinción como el urogallo de Gunnison o el cárabo californiano no debería frenar de manera tan estridente su imaginación y su compasión hacia el no nacido”.

Por toda la vorágine de ideas retorcidas que conforman la ideología de género nuestro país necesita personas con buen criterio, sumado a convicciones morales, éticas y un valor infranqueable, que le haga frente a los embates de todo el andamiaje político y económico que poseen las organizaciones promotoras de estas perturbadas ideas que abolirán la humanidad si no las detenemos a tiempo.

 

*Colaborador de El Diario de Hoy.

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