El expistolero de El Zonte

La comunidad de El Zonte no quiere balas. Al igual que la mayoría de salvadoreños, quiere oportunidades de trabajo para ganarse dignamente el pan de cada día.

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Por Mirna Navarrete

27 November 2017

En medio de todo el alboroto del Black Friday salió a la luz el caso del pistolero del Zonte, amante del tiro al blanco. Resulta que la comunidad lo denunció ante el Marn por rociar de balas a una tortuga en peligro de extinción. El caso está en poder de la Fiscalía y la Policía; veremos qué pasa.

La comunidad ya está china del constante tiroteo. ¿Pescar en la peña del pistolero? No después de lo que le pasó a la tortuga. Los cipotes culío por la balacera, ni a balas se echan un mascón en la playa del peñón. Los surfers temen confundirse con focas en la mira, y mejor se van para El Sunzal ¡No puede ser que El Zonte pierda su tranquilidad y su encanto!

Hoteleros y restauranteros zonteños han expresado su preocupación por las nefastas consecuencias de continuar el tiroteo. Su cliente John Smith no puede dormir siesta en su hamaca, pues siente que le cae un plomazo en su lomo colorado.

Si John se va asustado, no vuelve, y tampoco vienen todos sus amigos de las redes sociales. Si los turistas no vienen, el restaurante no sale tablas con su inversión, cierra el hotelito, no más trabajito, no más propina, no más proyectos, no más construcción. ¡No más balazos en El Zonte por favor!

Como aquí cada quien le echa su propia leña al fuego, dicen que la PNC le ha autorizado, al amante del tiro al blanco, semejante polígono. Difícil las armas callar (y a Funes enjuiciar), por la vía legal sin la voluntad de la PNC y el Fiscal.

Quizás difícil, por la vía legal, pero si se puede firmar un pacto por la vía moral y así devolverle la tranquilidad y el encanto a El Zonte.

Qué tal si cambiamos: Dueño de rancho en El Zonte usa tortugas y animales para práctica de tiro al blanco” por: la Adesco de El Zonte habilita un asilo para sus 32 ancianos. Cambiemos: “18 familias pierden sus ranchos culpa del huracán Nate” por: “Inauguran malecón contra marejadas”.

Entre la tristeza que provoca ver la foto de la tortuga con 15 plomazos me dio risa que, para un salvadoreño, un rancho en la playa puede ser mucho más que un rancho. Arriba ambos extremos. En el extremo más humilde, la vivienda del Chele Román que el río se llevó. En el extremo privilegiado, la casona en la peña que dispara de noche, dispara de día. Disparaba de noche y de día. Confío en que el llamado de atención de la comunidad se convierta en acción para juntos, comunidad, Adescos, alcaldes, empresa privada y vecinos, velemos por el desarrollo sostenible de El Zonte, firmemos el Pacto de la Tranquilidad y el Encanto.

Del encanto de una hermosísima playa a igual distancia de la capital que del aeropuerto (50 km); de “un mar tan azul, tan dormido, que si no fuera un mar, bien sería otro cielo”, recita la lorita Pepita.

Bajo canvas de amaneceres, atardeceres, luna multifacética, celeste imperio, algodón de nubes, Juan Sebastián, y el universo, en toda su magnífica expresión.

El encanto del agua de coco, las ostritas y del quiebre perfecto, top five en las apps de surfing de todo el mundo. Así como un maratonista de verdad no está contento si no ha corrido Nueva York, Chicago, Londres, Berlín, Tokio y Boston, un surfer de a verdad no está contento si no ha cachado olas en Australia, Hawái, Brasil y El Salvador.

La comunidad de El Zonte no quiere balas. Al igual que la mayoría de salvadoreños, quiere oportunidades de trabajo para ganarse dignamente el pan de cada día; oportunidades de educación para sus hijos, y medicinas para curar sus achaques. Una comunidad religiosa que busca vivir en paz y salvar, no matar a sus tortugas.

¡Vamos! Callemos las armas, generemos buenas noticias, devolvámosle la tranquilidad y el encanto a nuestras playas.

PD: Si usted se identifica con esta causa, únase al chat Amigos de El Zonte: 7737 8879.

 

*Columnista de El Diario de Hoy.

calinalfaro@gmail.com