Los resultados de la Paes, más de lo mismo y sin visión

El principal problema de los resultados de la Paes no es la nota deficiente que obtienen los alumnos, lo grave es que el sistema educativo es deficiente y no responde a las necesidades del presente y futuro del país.

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Por Elizabeth Castro

25 November 2017

Hace un tiempo leí un artículo en el periódico español “El País” sobre algunas frases que dijo el científico Albert Einstein, a raíz de la conocida expresión, “locura: hacer lo mismo una y otra vez y esperar resultados diferentes”. Me llamó la atención otra expresión que refleja la misma idea pero es mucho más plástica: “Cuando era joven descubrí que el dedo gordo siempre acaba haciendo un agujero en el calcetín. Así que dejé de ponerme calcetines”.

Ambas frases sin duda alguna vienen al pelo en torno a los pobres resultados de la Paes dados a conocer en estos días. Año con año, el promedio ronda por los 4.8, en 2011; hasta el 5.36 que es el de este año; en 2013 y 2015 fue 5.30, y el año pasado fue de 5.26.

Las declaraciones de las autoridades fundamentalmente son las mismas: hubo una leve mejoría… matemáticas es la más débil… hay colegios que se preparan mejor que otros… la comparación entre las instituciones educativas privadas y públicas… y, por supuesto, se exalta aquellos alumnos que sobresalen, especialmente lo que obtienen un 10 (este año ha sido únicamente una joven de un colegio privado de la capital).

Como parte las reacciones que suelen expresarse por los resultados son las deficiencias que hay en el sistema educativo, la falta de recursos económicos… y no puede faltar “todos los esfuerzos que se hacen”… sin embargo, los resultados son tan pobres este año como lo fueron en 2011.

Lo que me parece más negativo de toda esta dinámica es que poco o nada se dice de que los resultados paupérrimos son reflejo de un sistema educativo pobre, caduco y fuera de la norma que exige la sociedad moderna del conocimiento; pobreza no solo en su concepción sino en su ejecución, y tal como lo decía Einstein, “hacer lo mismo una y otra vez…”, ¿qué podemos esperar?, los mismos resultados.

Utilizando la otra frase, sabemos que el dedo gordo hace agujero en el calcetín; una de dos: o deja de usar calcetines, como hizo Einstein, o simplemente se corta el dedo. ¿qué hacemos?

Hace unos años, refiriéndome a este proceso en este mismo espacio, hacía referencia a la evaluación PISA que sin duda alguna no solo es un nivel diferente de evaluación, que enfrente los sistemas educativos a nivel internacional, sino que los países que se atreven a participar han dado el paso para “hacer las cosas diferentes en Educación”.

La evaluación de PISA, sin ser la octava maravilla, es un referente internacional que pone en perspectiva de mediano y largo plazo el sistema educativo y la importancia que se le da a la educación de cara al futuro. Esto supone —un segundo punto al que quiero referirme— un cambio de mentalidad, de perspectiva, de rumbo sobre el quehacer educativo nacional.

Ponernos de acuerdo sobre qué entendemos por educación, el papel que esta juega en la construcción del país del mañana es fundamental como lo es también a partir de estos parámetros formar los maestros que se necesiten, crear la curricular indicada como también invertir los recursos financieros necesarios.

Vincular educación con el país que queremos es esencial, como también lo es relacionar el sistema educativo con el modelo de desarrollo y crecimiento que querríamos o deseamos, para relacionarlo estrechamente con la tecnología y montarnos al tren de los acelerados cambio tecnológicos es importante, muy importante.

Otros países lo han hecho, Singapur o Shanghai son un ejemplo, pero también naciones más cerca a nuestra realidad como Costa Rica o República Dominicana han dado el paso... y no solamente se trata de mayor inversión, que también lo es, pero lo fundamental es sumarse al cambio de mentalidad y dejar de lado las arcaicas políticas del actual sistema educativo que tiene por horizonte, por ejemplo, la política partidista, la ideologización.

Hace unos años hubo un proyecto de pensar la educación para los próximos veinte años… se trabajó mucho, hubo muchas evaluaciones y consultas en los diversos sectores de la vida nacional y dio como resultado un plan de mediano y largo plazo… ¿qué paso luego? Se dejó de lado simplemente… mezquindad política, ignorancia, incapacidad… no sé, a lo mejor todas estas cuestiones, pero de lo que sí estoy seguro es de que si no superamos esta visión, nunca, nunca podremos hacer que la educación sea el motor del cambio en nuestro El Salvador

¿Seguiremos haciendo las cosas de la misma manera o cambiaremos?

*Editor Jefe de El Diario de Hoy.

ricardo.chacon@eldiariodehoy.com