Lo que está mal en nuestro país

Nuestro país está horriblemente mal… desde una pantomima llamada “buen vivir”, hasta la inobjetable verdad que es un “mal morir” donde muchas familias recogen los cadáveres de sus familiares tirados en calles.

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Por Mirna Navarrete

22 November 2017

Es menester hacer un abordaje de la realidad que acontece en El Salvador, retomando la triste realidad que vivimos los ciudadanos y hablar un poco de lo que está mal en nuestro país. La última encuesta de Cid Gallup, realizada en noviembre de este año, indica que los tres principales problemas de los salvadoreños son el desempleo, el alto costo de la vida y el crimen, la violencia y las pandillas.

El costo de la vida y los problemas relacionados a la seguridad pública son los más citados por los encuestados, que indican a estos flagelos como los principales con el 33%, en ambos casos, mientras que el desempleo es citado por el 10 % de los encuestados. Estos factores sitúan a Sánchez Cerén como el presidente peor evaluado de los últimos 30 años. Mauricio Funes y Francisco Flores gozaban de los mejores resultados, con un  46 % y 43 % de la población en respaldo a su labor. Todo lo contrario, Salvador Sánchez Cerén tiene míseramente el apoyo de un 19 % de los ciudadanos, indica Cid Gallup.

Nuestro país está mal en diversos ámbitos y pésimo en otros y quienes manejan los hilos de las instituciones gubernamentales; muchos de ellos habitan en el país de las maravillas, se abstraen a conveniencia de la cruda realidad que afecta a la mayoría de salvadoreños. Lo que está mal en nuestro país es mucho, desde diputados soberbios insultando y despreciando a embajadores y gobiernos extranjeros, para luego decir con cinismo que harán lo imposible por gestionar un acuerdo del TPS con Estados Unidos; está mal en nuestro país que los políticos busquen acuerdos políticos con las maras y pandillas; es infinitamente malo que muchos políticos digan que abortar no es matar…

Lo que no está bien en nuestro país deprime; policías, militares, civiles asesinados, gente que desaparece y luego se encuentran sus cadáveres como si fueran cualquier desperdicio; familias desplazadas de sus viviendas por amenazas de pandilleros. Es inaudito que en nuestro país, al pasar consulta en unidades de salud, nos asesine el vigilante en la entrada. ¡Nuestro país está mal! Pero tan mal que al salir a cenar a restaurantes en familia, grupos de delincuentes armados irrumpen y despojan de sus pertenencias a las personas honradas.

Nuestro país está increíblemente mal. Territorios secuestrados y gobernados por maras y pandillas, donde gente emprendedora y luchadora les entrega obligadamente el dinero de su trabajo para no ser asesinada por estos criminales. Lo que está mal en nuestro país es demasiado... y cada día empeora… Es vergonzoso que expresidentes huyan del país para no ser fiscalizados y se escondan en las enaguas de Daniel Ortega en Nicaragua.

Está muy mal en nuestro país que los partidos políticos se nieguen a brindar los nombres de sus financistas; está mal que funcionarios no puedan justificar sus patrimonios, que busquen engañar a las personas alegando ridículamente que es persecución política cuando se les cuestiona sobre ello; es realmente una burla a todos los salvadoreños que funcionarios tengan a hermanos, hijos, nietos y hasta amantes en puestos de gobierno, eliminando con ello cualquier vestigio de ética política alguna.

Nuestro país está horriblemente mal… desde una pantomima llamada “buen vivir”, hasta la inobjetable verdad que es un “mal morir”, donde muchas familias recogen los cadáveres de sus familiares tirados en calles, en bolsas plásticas y muchas veces torturados y desmembrados.

Después de mencionar muchas de las cosas malas de nuestra realidad, de recordar cosas horrendas, es imprescindible que meditemos, reflexionemos mucho y luego de hacerlo concienzudamente hacernos la siguiente pregunta: ¿permitiremos que nuestro país termine de hundirse?

*Colaborador de El Diario de Hoy.

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