La fiesta de las Letes

Ahora, con una advertencia de la Sala de lo Constitucional, algunos podrían haber pensado que la fiesta de las Letes terminó. Pues no.

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Por Elizabeth Castro

16 November 2017

Las Letras del Tesoro (Letes) son títulos de deuda de corto plazo emitidos por el Estado. En julio la Sala de lo Constitucional confirmó que era válido que la Asamblea Legislativa autorizara la emisión de esos títulos con mayoría simple. Sin embargo, sí hizo ciertas advertencias.

Calificó como “altos” los límites máximos de emisión de Letes que el Congreso autoriza al Gobierno. El límite actual es del 30 % de los ingresos corrientes.

Para el tribunal esa circunstancia era expresión de “un uso excesivo y arbitrario del mecanismo de la deuda flotante para financiar el gasto corriente del Estado, fuera del uso constitucionalmente prescrito”. Y es que la Constitución delimita que las Letes tienen como destino único el sufragar deficiencias temporales de ingreso. De manera que es prohibido que con ellas se financie sistemáticamente el gasto corriente del Estado, algo que la Sala consideró que había estado ocurriendo.

El tribunal destacó que ese uso indebido de las Letes ha presionado las finanzas públicas. Y así se hizo sistemática la práctica de pagar los saldos de deuda en Letes adquiriendo más y más deuda de largo plazo.

En otros términos, la Sala apuntó, por una parte, contra el monto máximo que la asamblea autoriza en la tarjeta de crédito de las Letes —30% de los ingresos corrientes—. Y por otra, contra la práctica histórica del gobierno de “topar” esa tarjeta de crédito, pagarla mediante la adquisición de más deuda —y no con ingresos corrientes—, y luego, con el saldo a cero, toparla nuevamente. Un infinito espiral de deuda.

Organizaciones como Fusades y Funde ya habían cuestionado ambas circunstancias. Pero ahora, con una advertencia de la Sala de lo Constitucional, algunos podrían haber pensado que la fiesta de las Letes terminó. Pues no.

Hace unos días el gobierno divulgó su propuesta de acuerdo fiscal. En ella: 1. Ofrece “limitar las autorizaciones legales para emitir del 30 % al 20 % sobre los ingresos tributarios”; y 2. Pide la “aprobación de la segunda parte de la emisión y colocación de bonos para el pago de la deuda actual de Letes, por $650 millones (…) para convertir esta deuda de corto a largo plazo”.

Sobre el primer punto —la oferta de reducir el límite de emisión de Letes al 20 %— Funde había pedido que se bajara hasta un 10 %. Pero al margen de ello se advierte que mientras el gobierno propone cierta reducción en el límite máximo de las Letes, a su vez presenta un proyecto de presupuesto 2018 en el que lo mantiene en el actual 30 %.

Es incongruente con una mano proponer reducir el techo de la tarjeta de crédito de las Letes, y con la otra mantenerlo en el límite actual, que ya la Sala calificó como “alto”.

En cuanto al segundo punto —la propuesta de continuar con la práctica de pagar las Letes con más y más deuda— se habría esperado que, ante la advertencia de la Sala, el gobierno propusiera romper con ese ciclo fatal. Un buen gesto habría sido ofrecer un ajuste en el gasto del gobierno para pagar con ingresos corrientes por lo menos cierta parte del saldo de las Letes. Pero, en su lugar, se propone convertirla íntegramente en deuda a largo plazo. La oferta del gobierno es continuar jugando en el riesgoso espiral de deuda que ya la Sala cuestionó.

Parece no haber voluntad de detener la indisciplina fiscal que ha caracterizado a las Letes. Pero la realidad es implacable. Aunque solo algunos se emborrachan en esta fiesta de las Letes, un día llegará la goma. Y esa sí la padeceremos todos.

*Colaborador de El Diario de Hoy.

@dolmedosanchez