Educación sexual

No es que sea mojigato ni mucho menos, pero creo que si en algo hay que ser respetuosos es en eso. Así que si vamos a hablar de “educación sexual”, hagámoslo en serio.

descripción de la imagen

Por Elizabeth Castro

10 November 2017

¿Cuándo es el mejor momento para ofrecer educación sexual?, pregunta la estudiante.

- Con animales, no se preocupe, ellos sabrán muy bien qué hacer cuando el momento llegue.

- No, yo me refiero en la escuela. ¿Cuándo es el mejor momento para iniciar la educación sexual?

-¡Ah! Entonces empiece desde preescolar: inculcando que se debe respetar a las demás personas (y esto hay que enseñarlo con el ejemplo, viviéndolo), enseñando a no obligar a nadie a hacer algo contra su voluntad, ni forzadamente ni con engaños; ayudándoles a que cuiden de su cuerpo, de todo su cuerpo; explicándoles que no deben permitir jamás que nadie, que no sea su padre o madre, toque sus partes íntimas. Llévelo más lejos: coménteles que tienen derecho a no dar muestras de cariño si sienten que una persona adulta los abraza o toca de una manera extraña. Hágalos confiar en su propio sentido de bienestar y seguridad; que cuando se sientan incómodos con alguien, lo comenten a sus padres. Enséñeles también a los padres a atender en serio cuando sus hijas o hijos les digan que no quieren saludar de beso y abrazo a tal persona porque “sienten feo”.

-No, licenciado, pero eso es muy general. Yo me refiero a la educación que se debe dar en la escuela sobre las relaciones sexuales.

-Pues de eso le estoy hablando yo. ¿Entendemos lo mismo con el término relaciones sexuales? Hablamos de un aspecto de la relación entre dos personas que comparten su intimidad, que se comparten la una con la otra si quiere ponerlo más poético. Esas relaciones no son animales, ¡son humanas! Desde esa perspectiva le digo: si es difícil entender a una persona sin conocer su pasado o saber qué quiere para su futuro, imagine usted lo difícil que será entender a esas dos personas sin considerarlas humanas, históricas, sociales, con dignidad. Ni ella surgió en ese momento y se extinguirá en el acto, ni él carece de anhelos y recuerdos. El acto sexual, así como me lo está poniendo, pareciera un acto que se da en el vacío, sin tiempo, que no ha tenido un pasado y que no tendrá futuro. Eso me incomoda mucho, pues me da la impresión de que despojan a quienes se “entregan al acto sexual” de su más íntima humanidad: los humanos construimos diariamente nuestra propia identidad con cada cosa que hacemos o dejamos de hacer. Téngalo presente durante el resto del día: note cómo todos sus actos, hasta los que le parezcan más insignificantes, están llenos de usted, de su humanidad. Incluso los más habituales, usted decide hacerlos libremente. Si de eso es de lo que estamos hablando, entonces podemos seguir.

-Bueno, pero es que yo me refiero a lo que los profesores pueden enseñar en la escuela. ¿Cuándo pueden empezar a tocar este tema con sus estudiantes?

-Pues de lo mismo hablamos. El otro día me mandaron una nota —video en que una triste maestra les “enseñaba” a niños y niñas de sexto grado cómo usar un juguete sexual (“strap-on dildo” ponía la nota, que era en inglés)—. Esa pobre y tonta mujer no educaba, hacía el ridículo ante los sus alumnos. ¿Qué inepto director permite que esa clase se lleve a cabo en la escuela a su cargo con niñas de esas edades? ¿Qué le podrían entender, qué habrán entendido niñas y niños que no están maduros para ese tipo de relaciones y menos para usar aditamentos de ese tipo? ¡Eso es como enseñarle a correr con bastón y muletas a niños en pleno apogeo de sus facultades motrices!

Recuerde que los seres humanos entendemos la realidad desde nuestros propios esquemas (por eso es que a la misma realidad, personas distintas otorgan diferentes significados).

A esa edad los chicos no tienen los esquemas apropiados ni suficientes para asimilar una realidad tan compleja, que es propia de adultos. Y no es que sea mojigato ni mucho menos, pero creo que si en algo hay que ser respetuosos es en eso. Así que si vamos a hablar de “educación sexual”, hagámoslo en serio.

- ¿Sabe qué, licenciado? Mejor voy a cambiar de tema. Usted lo pone muy complicado.

- No soy yo el que se lo pongo complicado. El ser humano es complejo y usted está interesada en tocar un tema especialmente polémico. No puede ser tan simple al hacerlo. Y no me malentienda: creo que es un tema que hay que abordar en la escuela, pero hacerlo en serio y respetuosamente.

*Psicólogo y colaborador

de El Diario de Hoy.