Al borde del abismo

Por más que Sigfrido, Rosemberg y Napoleón traten de atraer turismo e inversión, el dólar busca puertos más seguros. Sin inversión no hay oportunidades, sin oportunidades no hay empleo; si no hay empleo, no hay consumo.

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Por Mirna Navarrete

30 October 2017

Latinobarómetro es un estudio de opinión pública anual, que investiga el desarrollo de la democracia, la economía y la sociedad, por medio de 20,000 entrevistas en 18 países de la región. El año pasado, ante la frase “no me importa un gobierno no democrático si este resuelve los problemas de mi país”, 7 de cada 10 salvadoreños dijeron estar “muy de acuerdo”.

Al detallar los múltiples problemas que nos tienen agobiados, la inseguridad se lleva la corona. Los que ya peinamos algunas canas añoramos nuestra infancia pata de chucho, y la comparamos - con tristeza, con los cipotes encerrados del presente.

Con tristeza también vivimos agobiados por la alta probabilidad de que, en el futuro cercano, nos unamos a las estadísticas de muerte precipitada que, en tierra cuscatleca, están arriba del promedio histórico.

“El País Más Violento del Mundo”, como decimos en mi pueblo, “qué ahuevada”. No puedo borrar de mi mente un cuerpo joven macheteado, en la Diego de Holguín, el viernes pasado, cuando yo terminaba de pedalear.

Me pongo a pensar, ¿cómo se habrá degenerado todo en tan poco tiempo? Y tiendo a aceptar las maras como la causa principal.

Dicen que para defenderse ante los chicanos, quienes en los 80 dominaban Los Ángeles, 18 de los recién llegados “salvadoreans” se organizaron y, con sangre, se bautizaron M18, luego de hacerse respetar.

Ahora, la 18 cuenta con 10,000 miembros en 40 estados de EE. UU., caracterizados como la “gang” más violenta, pues salda cuentas no con plomo, sino mutilando cuerpos como el que vi.

Trump seguido menciona a la MS-13 en sus cruzadas por políticas migratorias con más dientes: “Secuestran, extorsionan, violan y roban. Les lavan el cerebro a nuestros hijos. Quiebran los huesos de sus víctimas a puro bate, las descuartizan. Han transformado parques pacíficos, y vecindarios tranquilos, en campos de batalla ensangrentados. Son animales. Se tienen que ir” (A horrible MS The Economist, August 5th 2017).

Obama no lo decía, pero igual pensaba, pues su inmigración inició aceleradas deportaciones de mareros que practican y reclutan con maestría. Voy encontrando una reciente nota que, en El Salvador, se calcula una población de 72,000 mareros (60,000 ejecutando las órdenes de los 12,000 en el bote), más que soldados y policías juntos.

En otras palabras, estamos fritos. Las maras son amos y señores de las calles en los 15 departamentos (California incluido). Además son grandes empresarios, financiando su ejército con dinero sucio procedente de extorsiones, contrabando y otras malas hierbas.

Por más que Sigfrido, Rosemberg y Napoleón traten de atraer turismo e inversión, el dólar busca puertos más seguros. Sin inversión no hay oportunidades, sin oportunidades no hay empleo; si no hay empleo, no hay consumo, muchos se van para el Norte, otros se hacen mareros. Elemental, mi no tan querido profesor.

“Estamos metidos en uno y la mitad de otro”, grita afligida la lorita Pepita. Siete de cada 10 salvadoreños coinciden con voz lora. A tal extremo, que le han dicho a Latinbarómetro que están dispuestos a sacrificar su bendita democracia con tal de encontrar, finalmente, la paz. Para justificar su determinación, citan lo tranquilo que se vive en la vecina Nicaragua. “Tranquilo vive Mauricio Funes”, gorgoritea el ave verde que no es quetzal.

Ubiquémonos. De acuerdo con que nos está llevando candanga, pero sin democracia nos termina de llevar. Elemental, mi querido compatriota. Para esto evitar, tenemos la obligación de en el futuro cercano votar, y así a políticos desfasados, incapaces y corruptos poder cambiar.

Enorme problema que nuevos alcaldes, diputados y presidente tendrán que atacar. Sobre cómo lo van a enfrentar, a los candidatos no se les escucha ni pío hablar, ni a la población preguntar.

Más nos fijamos en que la Jacqueline califica de “hipócritas y abusivos” a los labios de Muyshondt sobre su cachete; en los memes de Chicas el asaltacunas; en la casaca live del huracán Bukele.

Buczos, mejor exijamos respuestas y analicemos quién tiene más probabilidades de solución a tantísimo problemón, aunque sintamos depresión por el estado fallido de la Nación.

El Salvador está al borde del abismo, no podemos dejar que caiga, pues, si el buey cae a la barranca, de la barranca no sacaremos a este buey.

*Columnista de El Diario de Hoy

calinalfaro@gmail.com