Este año, El Salvador bajó cuatro posiciones en el índice Global de Competitividad 2017-2018 que elabora el Foro Económico Mundial. La ineficiencia y burocracia gubernamental es uno de los aspectos que más afectan al país para hacer negocios. El intento para eliminar la burocracia realizado por Cifacil mediante la Ley de Simplificación Administrativa fue vetado por el presidente Sánchez Cerén, quien optó por pedir a los diputados agilizar la aprobación de un obsoleto proyecto de ley que no avanza desde 1992.
Esta semana, el Organismo de Mejora Regulatoria anunció la implementación de un proyecto de simplificación y registro de trámites que disminuirá en un 20 % los costos administrativos de los trámites y servicios que brinda el Goes. Pero como se tardará entre dos y tres años en aplicarse, seguiremos con kilómetros de colas de furgones en las aduanas, más burocracia y corrupción, que nos mantendrán a la cola de todos los países de Centroamérica.
La creación de 832 plazas para el Puerto de Acajutla se debe a que CEPA revertirá el régimen que hizo más eficiente al puerto, para volver al esquema en el que los trabajadores de estiba y desestiba forman parte de la planilla. El expresidente de CEPA, Ruy César Miranda, recuerda que en 2000, Acajutla era uno de los puertos más ineficientes de la región, con pérdidas millonarias, por lo que se estableció un sistema operativo más eficiente, mediante la creación de empresas de los mismos trabajadores. Con el cambio, mejoró la eficiencia, se revisaron tarifas, comenzaron a interesarse las grandes navieras, generando utilidades. Lamenta que volver al pasado no será de ningún beneficio para Acajutla.
Las autoridades de Salud le han dado sentencia de muerte al Hospital Rosales para anunciar la construcción de un nuevo nosocomio siempre y cuando se consigan los votos para otro préstamo. Nuevo retroceso que repetirá la negra experiencia del “nuevo” hospital de maternidad, mal diseñado, peor construido, sin suficiente personal, con frecuentes inundaciones, agua cayendo del cielo falso y anegando los pasillos; fallas en el sistema eléctrico que han puesto en riesgo la vida de los pacientes; equipo de lavandería dañado que obliga a llevar la ropa sucia y contaminada al antiguo hospital.
Y aunque el discurso oficial es de combatir la corrupción, la actitud de funcionarios de la Corte de Cuentas de la República, ente controlador del buen uso de los fondos públicos, es cada día más sospechosa. Las autoridades han desestimado serias observaciones en reportes a diferentes entidades gubernamentales, como Agricultura, y las empresas Alba, de supuesto beneficio social. Pareciera que el objetivo es esconder la corrupción gubernamental.
¿Cómo beneficia al país el costoso paseo de algunos diputados a Rusia? Porqué asistir a la reunión de parlamentarios de todo el mundo y visitar la Duma no justifica semejante despilfarro. No les importa que los $19,000 gastados en viáticos casi equivalen a los $20,000 asignados a la Orquesta Sinfónica Juvenil, como presupuesto para todo el año, pero que beneficiaría a más de 80 jóvenes músicos.
Pero a pesar de la notoria incapacidad de muchos funcionarios y sospechas de corrupción, el profesor presidente no ha sido capaz de realizar cambios en su gabinete, y ante el desastre de las finanzas públicas y la urgencia de recortar gastos, prefiere sacrificar a Educación, Salud y Seguridad, para mantener los millones para Casa Presidencial, seguros médicos y bonos en la Asamblea y en el Poder Judicial, mientras el número de familias pobres aumenta.
No es justo seguir marchando hacia atrás: HAY QUE SACAR AL FRENTE DEL GOBIERNO, para empezar a caminar por la ruta del desarrollo.
*Columnista
de El Diario de Hoy.