Autómatas ideologizados

Lo más preocupante en la actualidad es de cómo personajes del presente con el mínimo esfuerzo logran llegar a las mentes de las personas, usan su ideología y reemplazan fácilmente cualquier vestigio de inteligencia para enquistarse y manipular a su antojo a masas de población.

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Por Elizabeth Castro

18 October 2017

Una ideología es un conjunto de ideas que caracterizan a una persona, escuela, colectividad, movimiento cultural o político, es algo que ha estado siempre arraigado en diversos partidos y movimientos políticos. Esta ha sido aprovechada por muchos dictadores del pasado y del presente, personajes que destilaron autoritarismo por doquier y se aprovecharon de ello para crear regímenes herméticos y despóticos. El siglo XX fue el siglo de las ideologías. Cada una de ellas inventó su moral orientada a construir un paraíso particular en la que desecharon a su antojo lo que no les parecía e impusieron sus caprichos ideologizados.

Desde el nacionalsocialismo o nazismo, el comunismo y hasta el socialismo del Siglo XXI hemos evidenciado a millones de personas que han seguido servilmente a líderes mesiánicos que los llevaron a un rotundo fracaso y a algunos hasta la muerte. Es increíble de como una dialéctica como la de Hitler logró convencer a miles de alemanes para exterminar a otros seres humanos. Sin embargo, lo más preocupante en la actualidad, a lo cual debemos ponerle suma atención es de cómo personajes del presente con el mínimo esfuerzo logran llegar a las mentes de las personas, usan su ideología y reemplazan fácilmente cualquier vestigio de inteligencia para enquistarse y manipular a su antojo a masas de población.

Vivo ejemplo de ello es Nicolás Maduro. Parece increíble que existan personas pensantes, racionales que sigan a este arlequín político acompañado de sus múltiples locuras… tenía mucha razón Paulo Freire al afirmar: “La ideología tiene un poder de persuasión indiscutible. El discurso ideológico amenaza anestesiar nuestra mente, confundir la curiosidad, distorsionar la percepción de los hechos, de las cosas, de los acontecimientos”.

Es imprescindible desarrollar un criterio, tener bien cimentada una escala de lógica intelectual propia para evitar convertirnos en autómatas ideologizados, prevenir ser víctimas de un engaño populista que sigue sirviendo de anzuelo a algunos políticos que solamente buscan saciar intereses personales, por medio de argucias alteran el orden democrático de sus países y empiezan a edificar sus paraísos personales donde la corrupción nunca aplicará para ellos, ni para sus familiares y allegados políticos.

Debemos ser fiscalizadores del accionar de nuestros funcionarios. La política salvadoreña debe dar un giro real y la apatía no es una opción para la población civil. La imperante incoherencia del discurso y el obrar de una vasta porción de los políticos salvadoreños es la muestra de su alta corrupción; esto debe ser el comienzo para que los ciudadanos expectantes hagan un cambio generacional idóneo; es inconcebible que nuestros políticos se jacten en medios de comunicación hablando de probidad y transparencia cuando todo su núcleo familiar vive con altos salarios gubernamentales.

Es realmente increíble cómo una infinidad de personas son adormecidas con arcaicos discursos de lucha de clases. Es ridículo leer panfletos achacando todos los males del país a empresarios cuando son ellos quienes generan los recursos óptimos para dinamizar y lograr un crecimiento económico óptimo.

No es aceptable que se reniegue de la institucionalidad cuando las resoluciones constitucionales no benefician a ciertos caprichos ideológicos-políticos de algunos funcionarios; no es válido que la verdad sea tergiversada constantemente ante medios de comunicación con el afán de esconder la lúgubre realidad que atraviesa el país.

Las ideologías nocivas siguen estando vigentes; sus líderes siempre buscan un terreno fértil donde sembrar esa semilla de odio, envidia y resentimientos para usarlos a su favor; logrando que germine un conglomerado de personas que adormecidas por una ideología que les ha esbozado un onírico mundo de un “buen vivir” defiendan sus fatídicas políticas, incluso haciendo uso de la fuerza si fuese necesario.

 

*Colaborador de El Diario de Hoy.

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