El recuerdo de Armando Calderón Sol

Sus políticas sociales incluyeron la Escuela Saludable, que proveía a los estudiantes una comida entera diaria y exámenes periódicos por médicos. El programa Educo fue premiado como el mejor programa social del mundo por el Banco Mundial. El país creció mucho más rápido que el resto de América Latina. La pobreza bajó en diez puntos porcentuales de la población.

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Por Mirna Navarrete

12 October 2017

Los medios han estado llenos de entrevistas de personas que conocieron y trabajaron con el Dr. Armando Calderón Sol. Todas han destacado las virtudes personales del expresidente y han hecho la conexión entre estas virtudes y su papel como político, alcalde, Presidente de la República, presidente de la Unión de Partidos Latinoamericanos (UPLA). Todas también destacan la seriedad de su trabajo y el papel crucial que jugó en la historia del país al tomar las riendas de éste cuando la guerra acababa de terminar.

Este reconocimiento ha sido muy extenso. El Washington Post cita en su obituario las palabras de William LeoGrande, un profesor de la American University en Washington D.C., que escribió en su libro “Our Own Backyard: The United States in Central America, 1977-1992”, que el Presidente Calderón había cumplido con los Acuerdos de Paz “como estaban escritos”, liberando la política salvadoreña de los militares y estableciendo la estructura electoral, grandes hitos en un país donde los militares habían tenido una influencia decisiva en el gobierno.

El Profesor LeoGrande también escribió: “Alguna gente temía que…como presidente él podría haber dado luz verde a aumentar la violencia política y podría retrotraerse del acuerdo. Pero no lo hizo. Y este fue un importante paso en mover a El Salvador de un brutal conflicto civil a una democracia que trabaja. No que todavía no tengan problemas, pero sus instituciones funcionan”.

Este logro, como muchos otros, lo tuvo el Presidente Calderón Sol de una manera tan natural que mucha gente ni cuenta se dio de que estaba sucediendo, de que podría haber sido de otro modo y de que no era para nada una tarea fácil. Los acuerdos habían sido firmados, muchas acciones para implementarlos habían sido tomadas, pero las estructuras de poder todavía no habían sido cambiadas y muchas de las instituciones que habían formado el aparato del poder antes de los Acuerdos todavía estaban en pie. Sin mayores bullas, el Dr. Calderón Sol procedió a desmontarlas, volviendo realidad los Acuerdos de Paz.

También sin mayores bullas, el Presidente Calderón Sol procedió a financiar y pagar los costos de los Acuerdos de Paz, que superaban los dos mil millones de dólares, y a hacerlo mientras reducía el peso de la deuda de 52 por ciento a 27 por ciento del PIB, convirtiendo al país en uno de los dos países con grado de inversión en América Latina (el otro era Chile).

Calderón Sol terminó la estabilización de la economía que había comenzado el Presidente Alfredo Cristiani y la liberalizó a niveles antes sólo alcanzados por Chile, con lo que las exportaciones aumentaron enormemente y su composición cambió de depender del café a depender de varias industrias que diversificaron la economía del país. Abrió el sector de las telecomunicaciones a la competencia y privatizó la ANTEL, con lo que los costos de las telecomunicaciones locales e internacionales bajaron drásticamente, los tiempos necesarios para conseguir un teléfono cayeron de años a minutos, y el número de los abonados subió exponencialmente. También abrió la electricidad a la competencia y privatizó la distribución, y creó el sistema de pensiones con cuentas personalizadas. El dinero de las privatizaciones no lo derrochó en gastos políticos sino lo invirtió en pago de deudas y en el fondo FANTEL, que con los intereses financia becas y otras actividades sociales.

Sus políticas sociales incluyeron la Escuela Saludable, que proveía a los estudiantes una comida entera diaria y exámenes periódicos por médicos y optometristas para mejorar la salud de los alumnos. El programa Educo fue premiado como el mejor programa social del mundo por el Banco Mundial. El país creció mucho más rápido que el resto de América Latina, de modo que su ingreso per capita subió de ser el 51 por ciento del promedio de la región a ser el 65 por ciento de ese promedio. La pobreza bajó en diez puntos porcentuales de la población, de 51 a 41 por ciento.

Fueron muchas las cosas que hizo el Dr. Calderón Sol. Las hizo con tanta naturalidad que a veces la gente olvida qué tantas hizo. Pero nadie olvida la bondad de su carácter ni la buena voluntad de sus acciones.

*Máster en Economía

Northwestern University.

Columnista de El Diario de Hoy.