Las tanquetas y los camiones chinos

El Salvador necesita de planes efectivos, que permitan recuperar el control del territorio; sin embargo, el gobierno sigue entretenido en regalar pintura, pelotas y trofeos.

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Por Mirna Navarrete

12 October 2017

El pasado 18 de septiembre, el profesor Sánchez Cerén salió de su encierro en Casa Presidencial para visitar la Delegación de la Policía Nacional Civil en Montserrat y luego anunciar la implementación de un nuevo plan –otro más- en materia de seguridad.

La medida incluyó el despliegue de efectivos de la Fuerza Armada y la colocación de tanquetas en plazas y zonas exclusivas del Gran San Salvador. Esta situación hizo a muchos recordar los tiempos de la guerra, justamente cuando hace ocho meses se celebraban los 25 años de la firma de los Acuerdos de Paz.

Hubo críticas ante dicha movilización, dudas por parte de muchos analistas sobre la efectividad del proyecto –la mayoría coincide en que solo se buscaba dar respuesta a los malos resultados en las encuestas y revertir la pésima imagen del gobierno del FMLN-; sin embargo, lo lamentable ha sido la respuesta de la criminalidad.

De acuerdo con los números fríos, septiembre cerró como el mes más violento con más de 400 homicidios -215 de estos crímenes se cometieron en un lapso de ocho días tras el despliegue militar-. Este triste repunte de homicidios demuestra la poca efectividad del nuevo plan y se suma a otros como el Batalla por la Paz, Plan de Protección al Transporte Colectivo, Plan Casa Segura, Policía Comunitaria, Escuela Segura, además de la creación de Fuerzas Especiales y múltiples despliegues, que pasaron sin pena ni gloria.

Es de destacar que una de las primeras explicaciones que dieron las fuerzas de seguridad al repunte de homicidios es que tiene su origen en un conflicto de pandillas, lo que considero una total falta de respeto para la mayoría de las víctimas, quienes, según las mismas autoridades, no tenían nada que ver con esas agrupaciones.

El Salvador necesita de planes efectivos, que permitan recuperar el control del territorio; sin embargo, el gobierno sigue entretenido en regalar pintura, pelotas y trofeos, amparado en el Plan El Salvador Seguro, otro proyecto que, haciendo una parodia, es una curita para tratar a un paciente que ha sufrido la amputación de un miembro y se desangra.

El Plan El Salvador Seguro es una iniciativa que, como ARENA, hemos cuestionado en su implementación porque más parece un catálogo de acciones, sobre los cuales no hay indicadores de impacto y que es financiado mediante los impuestos a los grandes contribuyentes y a la telefonía –los cuales se le dijo al salvadoreño se aprobaban para destinarlos a seguridad-.

Otro elemento a cuestionar es la distribución que se hace regalando dinero a instituciones que no tienen nada que ver con el combate frontal a la delincuencia, lo que nos lleva a decir que el Plan El Salvador Seguro más parece que es utilizado como un instrumento político de penetración por parte del FMLN a través de construcción de canchas, borrado de grafitis y organización de torneos, en territorios que son estratégicos de cara a las elecciones de 2018 y 2019.

Muchas veces nos preguntamos si realmente el gobierno quiere superar el principal problema que enfrentan los salvadoreños: la inseguridad. Para muestra, mi hermano diputado Rodrigo Ávila ha propuesto una ley que permita individualizar a miembros de pandillas y organizaciones terroristas, así como a sus colaboradores a través de un registro. Una vez identificados se procedería a la extracción de la comunidad.

En este país, todo el mundo sabe quién es el delincuente en su vecindario, lo identifica, además mediante labor de inteligencia también lo ubica la PNC, la Fuerza Armada; sin embargo, este tipo de información no tiene ningún peso legal, a diferencia de lo que sucede en otras naciones.

Este registro también nos parece un paso lógico a aprobar, porque para ofrecer cualquier tipo de programa de reinserción -como quiere el gobierno-, es necesario saber a quién se beneficiará; caso contrario, tal como ha sucedido hasta ahora, va a ser un despilfarro de dinero sin resultados concretos.

Los planes de seguridad y las tanquetas en los parques solo me hacen recordar los camiones chinos de la Alcaldía de San Salvador durante la administración de la doctora Violeta Menjívar. En ese entonces, mientras estos vehículos permanecían estacionados en los parques y se decoraban con luces durante la Navidad, en las calles de la ciudad se acumulaban toneladas de basura; hoy, mientras las tanquetas están en los parques, tristemente nuestro país se desangra y se está perdiendo vidas de compatriotas, en muchos casos de jóvenes que solo estaban en el lugar equivocado en el momento erróneo.

La inseguridad no se superará con más dinero. Avanzaremos hacia una paz social en la medida que haya una voluntad del gobierno en elaborar planes efectivos de seguridad y que ponga a todo el aparato del Estado en función de construir ese El Salvador, que hoy por hoy, sólo es una utopía.

 

*Diputado.