Demogresca de la política salvadoreña

La ciudadanía está consternada, altamente indignada con tanta desfachatez política, muchos profesionales salvadoreños están desempleados, personas son asesinadas a diario, enfermos sin recibir dignos tratamientos… la demogresca debe desaparecer.

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Por Mirna Navarrete

11 October 2017

El escritor español Juan Manuel de Prada en su libro “Dinero, demogresca y otros podemonios” utiliza la palabra demogresca para referirse a las acciones de políticos deshonestos, antiéticos, corruptos que desvirtúan su razón de ser como funcionarios públicos y se desempeñan en sus cargos beneficiándose a ellos mismos, a familiares y amigos.

Aristóteles, en su Política, consideraba que “el gobierno sano es aquel que, guiándose por la razón, mira por el bien común, y el perverso, el que, desatendiendo la razón, satisface el interés particular”. Deberíamos preguntarnos ¿en la clase política de nuestro país impera la razón? ¿Nuestros funcionarios buscan realmente el bien común de los salvadoreños? Lamentablemente da tristeza respondernos que no es así. Muestra de ello es el presupuesto para 2018 presentado por el ministro de Hacienda, Carlos Cáceres, a la Asamblea en donde áreas de suma importancia reflejan una reducción monetaria significativa.

El área de seguridad en 2017 contó con $433.9 millones; para 2018 la propuesta es de $416.4 millones, se reducen $17.5 millones. Educación en 2017 tuvo $944.4 millones; la nueva propuesta para 2018 es de $932.6 millones, presenta una reducción de $11.8 millones. Salud en 2017 tuvo $629.8 millones y la propuesta para 2018 es de $612.2 millones, teniendo un enorme recorte de $17.6 millones.

¡Vemos estos números y nos asombramos de horror¡ Las maras y pandillas hacen lo que quieren, extorsionan, controlan territorios, matan a diestro y siniestro; los últimos 4 años la nota promedio de la Paes se ha reprobado: 2013 fue de 5.3, 2014 de 5.2, el 2015 de 5.3 y en el 2016 fue de 5.26 según datos del Mined. Nuestro sistema de salud es paupérrimo y decadente; los pacientes que tienen dañados sus riñones y son tratados en el hospital Rosales, el único sanatorio público de tercer nivel para atender adultos, han marchado al menos dos veces para denunciar que faltan insumos o medicamentos para su tratamiento.

En junio de este año el Sindicato de Médicos del Hospital Rosales (Simehr) aseguró que la condición del sanatorio es precaria. Los galenos afirman que el sanatorio no tiene el suficiente presupuesto para suplir todas las necesidades de medicamentos e insumos que se necesitan para la atención de los pacientes. También el ISSS tiene problemas similares en cuanto a falta de medicinas específicas.

Cuando tenemos estas evidencias vemos como la demogresca de la política salvadoreña se hace presente, como el bien común les importa un bledo; recientemente se ha conocido de varios funcionarios que tienen a sus hijos, esposas y hasta nietos en instituciones de gobierno y con salarios extremadamente altos, funcionarios con honorarios superando incluso el salario del presidente de la República. La ética desaparece ante la demogresca de muchos políticos salvadoreños.

La ciudadanía está consternada, altamente indignada con tanta desfachatez política, muchos profesionales salvadoreños están desempleados, personas son asesinadas a diario, enfermos sin recibir dignos tratamientos… la demogresca debe desaparecer. Tenemos que reflexionar la frase del alemán Otto Von Bismarck: “El político piensa en la próxima elección; el estadista, en la próxima generación”, tener verdaderos estadistas dirigiendo las riendas de nuestro país, personas con un discurso coherente en lo que dicen y hacen.

Es inconcebible tener políticos ligados al narcotráfico, políticos que pactan con pandillas, la corrupción se ha convertido en una gangrena en perpetúa expansión, funcionarios que no entienden el significado de la palabra austeridad… la ciudadanía no soporta más la demogresca de la política salvadoreña, alicaídos no desean ejercer el sufragio y eso es grave, porque dejan en manos de los mismos corruptos las riendas de nuestro país.

*Colaborador de El Diario de Hoy.

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