Los verdaderos logros de Cataluña

Aunque la independencia catalana en cualquier sentido significativo sigue siendo altamente improbable en el corto plazo, la torpe respuesta de Madrid a la votación garantiza que la herida secesionista seguirá sangrando.

descripción de la imagen

Por Mirna Navarrete

09 October 2017

La mayoría de analistas están de acuerdo en que Cataluña nunca podrá ser reconocida como un nuevo país en la Unión Europea (EU). Permitir la independencia catalana alimentaría las llamas de los numerosos movimientos separatistas por toda Europa y desintegraría el movimiento hacia una UE más unida. Recordemos que Cataluña es mucho más grande que Grecia, representa el 20 % de la economía española y es la región más fuerte de España. No es para nada un asunto y negocio pequeño.

La respuesta de Rajoy, afirmando que el referéndum contraviene la Constitución de España y por tanto no debería permitirse, se ha vuelto contraproducente. En términos estrictamente legales, sin duda Rajoy tiene razón, pero enviar a la policía antidisturbios fuertemente blindada para reprimir ciudadanos pacíficos y evitar que voten, no fue una buena idea. Su errónea decisión, probablemente, no solo reforzará los apoyos a la separación catalana, sino que también permitirá que el gobierno regional termine declarando que se obtuvo una abrumadora votación del 90 % para la independencia de Cataluña.

Aunque la independencia catalana en cualquier sentido significativo sigue siendo altamente improbable en el corto plazo, la torpe respuesta de Madrid a la votación garantiza que la herida secesionista seguirá sangrando. El Tribunal Constitucional acordó por unanimidad suspender la celebración del Pleno del Parlamento regional en el que podría producirse la declaratoria unilateral de independencia.

Los acontecimientos en España subrayan que todavía ni los gobiernos nacionales de Europa ni sus instituciones supranacionales tienen que ofrecer una fórmula viable para contrarrestar las fuerzas políticas que trabajan para separar a la UE. Este fracaso amenaza con aumentar considerablemente las primas de riesgo de los activos europeos cuando inevitablemente se inicie la próxima recesión cíclica. Una declaración unilateral de independencia tendrá poco efecto en el mundo real en el corto plazo y posiblemente solo un impacto temporal en los mercados financieros. No obstante, presentaría a los gobiernos e instituciones de la UE un problema que tendrían poca capacidad de resolver.

Es predecible que el enfrentamiento entre el gobierno de Cataluña y Madrid persistirá, con pocas posibilidades de cualquier reconciliación, aun con intermediarios externos. La cuestión catalana se convertirá en un problema más sin resolver en la lista de tareas pendientes de Europa, junto con la incesante afluencia de inmigrantes ilegales de Oriente Medio y África, el conflicto jurídico (“Artículo 7”) entre Bruselas y Polonia, las próximas negociaciones con Atenas y la expiración el próximo año del actual programa de rescate de Grecia, Brexit, y la aparente imposibilidad de superar los obstáculos constitucionales a la implementación de las reformas estructurales tan necesarias en la tercera economía más grande de la eurozona: Italia.

Esto es importante, ya que otro elemento de la compleja lista de problemas no solucionados de la UE y posiblemente insolubles, hace aún menos probable el avance hacia una integración más profunda del que la zona euro necesita para superar con éxito la próxima crisis económica cíclica. En Francia, Macron ha esbozado un plan que incluye los primeros impuestos paneuropeos, la armonización fiscal franco-alemana y un presupuesto común para la eurozona. Pero aunque los políticos alemanes han hecho ruidos alentadores, los demócratas libres, los nuevos socios probables de la Canciller Angela Merkel, han hablado fríamente sobre cualquier posible paso hacia una unión de transferencia fiscal.

Al final de cuentas, el conflicto independentista de Cataluña, su resultado final, será un acuerdo como el que obtuvieron los Vascos, fortalecer la autonomía y conseguir retener más de sus ingresos fiscales. Pero el referéndum sin duda fue una excelente táctica de negociación. Y Rajoy, con su torpe acción policial, en realidad dio a los separatistas la ventaja.

*Columnista de El Diario de Hoy.

resmahan@hotmail.com