¡Estudie!

Me permito sugerirles también a nuestros gobernantes y funcionarios públicos: ¡estudien!, ya que por medio del estudio seguramente conocerán no solo el problema de las pensiones, sino que llegarán a descubrir por qué somos pobres.

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Por Mirna Navarrete

08 October 2017

Tuve la oportunidad de ser invitado como panelista en el segmento de opinión de Ernesto López, en el cual tratamos el tema de las pensiones desde la óptica financiera y fiscal, exponiendo los panelistas participantes, el origen del problema, sus consecuencias para los trabajadores y para el país, las posibles soluciones para la problemática, así como la deficiencias de las reformas propuestas tanto por el oficialismo como por la oposición, lo cual implicará seguramente que en unos pocos años, incluso en pocos meses, el tema de pensiones vuelva a ocupar los titulares nacionales, ante una nueva crisis del sistema.

Compartí el panel con el analista de ICEFI, Ricardo Castaneda, con quien no obstante diferimos en nuestras opiniones políticas, encontramos coincidencias en muchos sentidos respecto a la aproximación al problema, sus causas, así como sus posibles soluciones, muestra de que cuando dos profesionales capacitados discuten, las ideologías no son relevantes a la hora buscar una solución a un problema técnico-financiero. Y es que la izquierda y la derecha se pueden entender cuando piensan… con la cabeza, no con el hígado. Dicho sea de paso, Ricardo sería un excelente candidato a Diputado, por lo que espero que algún partido de izquierda democrática abra espacios a jóvenes talentosos como él, que seguramente elevarían el nivel de discusión de la problemática nacional, para escapar de las garras de la enceguecedora polarización en que vivimos.

En algún momento del programa expresé: “El Estado se gastó el dinero de los pensionados y ahora no tiene con qué pagar, ese peso financiero y la responsabilidad del pago de los fondos extraídos, hoy le recae en los trabajadores”, lo cual afirmo y sostengo derivado de mis estudios sobre el tema, los cuales claramente revelan que el sistema público de reparto era técnicamente insostenible, fácilmente corrompible, profundamente manoseable y, por tanto, en algún momento, derivaría naturalmente en lo que terminó siendo: un hoyo negro de corrupción, compadrazgo y mala administración que llevó a la quiebra al INPEP, al ISSS (en lo relativo a pensiones) y ahora al IPSFA, todo lo cual dañó a los de siempre: los trabajadores.

Expuesto lo anterior, una diputada oficialista me sugirió en su cuenta de Twitter: ¡Estudie! Por ello, creo que vale la pena aclarar que previo a atreverme a dar una opinión en público, me ocupé primero en prepararme académicamente. Obtuve mi licenciatura en Derecho, más varios diplomados en materia fiscal en diferentes instituciones educativas nacionales. He ejercido profesionalmente por veinte años en el área tributaria-financiera, cuento estudios avanzados de contabilidad, con una Maestría en Leyes y Administración (LLM), así como estudios en finanzas y fiscalidad internacional en la Universidad Javeriana de Colombia, Universidad Austral de Argentina, Universidad de San Diego, California y la Universidad de Cambridge en Inglaterra; y soy habitual editorialista, conferencista y panelista en temas fiscales, legales y económicos en diferentes medios nacionales. Por ello no opino sobre medicina o construcción, campos sobre los cuales no cuento con mayores conocimientos, dejo esos temas en manos de expertos; por el contrario, me siento adecuadamente preparado para opinar sobre temas fiscales.

Eso sí, agradezco su sano consejo de ¡estudie! Créame que habitualmente lo pongo en práctica, pero ahora hago eco del consejo y me permito sugerirles también a nuestros gobernantes y funcionarios públicos: ¡estudien!, ya que por medio del estudio seguramente conocerán no solo el problema de las pensiones, sino que llegarán a descubrir por qué somos pobres. Entenderemos por qué los Estados Unidos y Canadá, países inclusivos social y políticamente, abiertos económica y comercialmente, y de religión protestante, la cual predica el evangelio de la prosperidad, son países ricos. Mientras que los países latinoamericanos nos empecinamos en ser una región extractiva que solo beneficia a la élite gobernante de turno, que practica el “capitalismo de cheros” que genera abusos a favor de las argollas y en perjuicio de las mayorías; que se empeña en ser cerrada económica y comercialmente construyendo artificiales barreras que impiden el libre comercio, inversión y circulación de capitales. Países en donde se escucha continuamente la prédica de guías espirituales, que exaltan la pobreza como una virtud, mientras presentan al ánimo de lucro y a la riqueza personal, como la fuente de todos los males.

¡Estudien! Así conocerán que las tragedias, guerras, violaciones sistemáticas a los derechos humanos, así como las hambrunas más grandes que ha experimentado la Historia reciente de la humanidad, han ocurrido en los países socialistas y comunistas, que en su momento implantaron sistemas anti-natura al no reconocer ni la propiedad privada, ni las más básicas libertades del ser humano, como actualmente ocurre en la paupérrima Cuba.

Señora Diputada, gracias por su consejo, estoy claro que el estudio nos hace libres y nos da una nueva perspectiva del mundo. Creo que es el momento en que todos, incluyéndola, lo pongamos en práctica.

 

*Abogado, máster en leyes.

@MaxMojica