En El Salvador salen tantas noticias diariamente que se nos van pasando y olvidando algunas que nos deberían de preocupar, pues pueden afectar gravemente nuestro futuro. Una de estas es la del gobierno anunciando que han pedido la ciudadanía 200,000 centroamericanos, en su mayoría nicaragüenses.
¿Acaso no llama la atención que cada día salen cientos de salvadoreños huyendo de la inseguridad, la violencia, de la falta de oportunidades y trabajo, educación y salud deficientes, etc.? Entonces, ¿cómo es que vienen estos miles de nicaragüenses a buscar oportunidades y pedir la ciudadanía justo antes de las elecciones a un país que se destaca mundialmente por ser el más violento, con mayor número de asesinatos per capita, menor atracción de inversión y crecimiento en la región?
¿No es sospechoso en que la última elección que se ganó solo con 6000 votos cuestionados el gobierno se negó rotundamente a abrir urnas? ¿Y que luego en las siguientes elecciones de diputados y alcaldes, al presionar abrir las urnas se descubrió una diferencia de más de 20 mil votos a favor del partido de oposición solamente en San Salvador?
Además, acá se rumorea que hay contingentes de cubanos en las áreas de salud y educación y venezolanos involucrados con alba negocios. Sumando todo esto a los graves cuestionamientos a los procedimientos que está llevando el Tribunal Supremo Electoral, ¿no provoca temor que los resultados de las elecciones puedan ser manipulados?
Ya los salvadoreños estamos hartos de la corrupción, inseguridad, historias de terror que sufren muchas familias de nuestros hermanos, malos manejos de nuestros impuestos e ineficiencia en su ejecución, gran temor que el gobierno se apropie de las pensiones y deje a los adultos mayores sin el dinero para un retiro digno después trabajado toda su vida.
¿Acaso no tenemos miedo de convertirnos en otra Venezuela, cuya luz es la que el Gobierno del FMLN ha dicho que quiere seguir? Si ya tienen al país endeudado, este gobierno recolecta mucho más impuestos que ningún otro en el pasado y no le alcanza el dinero, pero tampoco vemos en qué se lo gasta pues en lo que deberían ser prioridades: salud, educación y seguridad, estamos peor que nunca. Los hospitales no tienen medicinas, las escuelas están en mal estado y la inseguridad ni se diga.
Salvadoreños, no nos quejemos, actuemos. Nuestro voto vale. Hagamos uso de esa herramienta y de la oportunidad de poder votar por rostro. Ya no es necesario votar por partido. Analicemos a cada candidato antes de decidir, examinando su educación, su trayectoria, su vida familiar, su espíritu de servicio, su moral, si defienden el derecho a la vida de todos los ciudadanos, incluyendo los que están por nacer, etc.
Han surgido movimientos ciudadanos para hacer una diferencia. Ojalá nos animemos a unirnos a uno de estos para no permitir que nos roben las elecciones, hacer que se respete el Estado de Derecho, la voluntad popular y se defienda la libertad. Defendamos a nuestro querido El Salvador, la unión hace la fuerza.
*Columnista de El Diario de Hoy.
Master en Desarrollo Humano
Master en Asesoramiento Familiar