Mejor no ir

En el caso particular de la visita a Estados Unidos, el objetivo es dar la impresión de que el gobierno se preocupa por la suerte de todos los hermanos lejanos cuando en realidad dicha suerte no les importa.

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Por Mirna Navarrete

14 September 2017

El gobierno del FMLN ha organizado una visita a Estados Unidos para hacer una petición al gobierno estadounidense a favor de los programas que ese país tiene para ayudar temporalmente a los inmigrantes indocumentados. Esta noticia es chocante, porque mientras con un lado de la boca el FMLN hace estas peticiones, con el otro lado ataca continuamente a los Estados Unidos, lo acusa de ser un imperio, quema su bandera, se opone a Estados Unidos en todas las iniciativas de éste en política exterior, apoya a los enemigos de ese país, insulta a la embajadora en El Salvador y en general lo trata como el peor enemigo de la raza humana.

Esta manera de hablar con los dos lados de la boca no es una sorpresa en el FMLN, que la usa en prácticamente todos los temas, comenzando por el más fundamental: el respeto a las instituciones democráticas. El FMLN se presenta a sí mismo como el partido más democrático que existe en el país mientras que con todas sus acciones erosiona las instituciones democráticas y las ataca con campañas continuas de desprestigio, calumnias e insultos. Así es el caso, por ejemplo, de su relación con la Sala de lo Constitucional, a la que ataca no sólo verbalmente, sino con pedradas y otras intimidaciones físicas.

El objetivo de esta estrategia es dar “evidencias” para contrarrestar los ataques que el FMLN pueda recibir por sus acciones y objetivos reales. En el caso particular de la visita a Estados Unidos el objetivo es dar la impresión de que el gobierno se preocupa por la suerte de todos los hermanos lejanos cuando en realidad dicha suerte no les importa nada porque la han puesto y la siguen poniendo en peligro cada día con sus actitudes y acciones antinorteamericanas. La idea es contrarrestar la realidad con un acto que es obviamente vacío dadas todas sus otras acciones. El poder decir que fueron a Washington a ayudar a los hermanos lejanos les abrirá la puerta para decir que los ayudan aunque sigan insultando a Estados Unidos, defendiendo servilmente al gobierno del Socialismo del Siglo XXI y atacando la integridad de las instituciones democráticas del país.

La verdad es que sería mejor que el FMLN no fuera más a realizar este tipo de gestiones. La razón principal para no hacerlo es que sus visitas le hacen más mal que beneficio a todos los inmigrantes latinoamericanos, salvadoreños y de otros países, porque con su doble cara el FMLN los tiñe con una imagen que no corresponde con lo que ellos son. En su gran mayoría, los inmigrantes son personas trabajadoras que buscan una mejor vida para ellos y sus hijos y que aspiran a ganarse su ciudadanía contribuyendo a la grandeza de su país de adopción. Lo último que quieren es que los norteamericanos piensen que ellos odian al país, que lo miran con envidia malsana y que lo que desearían sería destruirlo. En realidad, esa es la imagen que los enemigos de extrema derecha de la inmigración quisieran proyectar sobre los inmigrantes para justificar sus posturas en contra de ellos. Lo peor que quieren los inmigrantes es que cuando los funcionarios visitados reciban el informe sobre quiénes son los que los visitan (un informe que siempre se les da antes de cada reunión a los funcionarios) lean que representan un país cuyo gobierno actúa y habla como enemigo de los Estados Unidos, y que entre los visitantes hay personas que han quemado la bandera norteamericana y dicen que su objetivo es destruir a los Estados Unidos.

Es decir, lo que las misiones de este tipo hacen es peor que la simple exhibición de hipocresía. Es peor que dejar que el FMLN se trate de lavar la cara en la política doméstica por todo el daño que está causando a los hermanos lejanos con su odio a los Estados Unidos. Está identificando a los hermanos lejanos con un odio que ellos no tienen, y con eso está ayudándoles a los enemigos de los inmigrantes a tener argumentos para echarlos de ese país.

*Máster en Economía

Northwestern University.

Columnista de El Diario de Hoy.