“Furor del hot”

¡Hagamos preguntas difíciles! ¡Incomodemos a los candidatos! ¡Cuestionemos cualquier punto que parezca no tener sentido y contrastemos los discursos con la realidad!

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Por Mirna Navarrete

12 September 2017

Hace pocas semanas, un medio de comunicación local publicó sobre la actividad de un precandidato presidencial en una playa cercana. El titular del artículo desafortunadamente hacía referencia a que el personaje en cuestión generó “furor del hot”.

Sin ánimo de hacer más leña del árbol caído (pues la peculiar nota y su tristemente célebre titular ya recibieron fuertes críticas), es propio reflexionar sobre el rol que los medios de comunicación estamos jugando en esta campaña electoral, de cara a las legislativas y municipales de 2018 y de cara a las presidenciales del año siguiente, y preguntarnos qué tratamiento deberíamos dar a los candidatos, a sus mensajes y a los partidos políticos en esta ajetreada etapa.

La campaña ya está en todo su furor. Ya están los aspirantes a diferentes cargos públicos repartiendo dulces, abrazos, discursos y promesas por cada lugar al que visitan. Y en cada una de sus apariciones buscan asegurar algún espacio en las páginas de los periódicos o tiempo de aire en radio y televisión.

Creo que mal haríamos como medios, periodistas y editores, si limitamos nuestra cobertura a un simple recuento de apariciones públicas, únicamente describiendo los hechos sin ahondar al menos un poco en su significado y su posible impacto, o sin aprovechar para hacer preguntas de peso a quienes buscan los votos.

También considero que una responsabilidad de la prensa, además de contar qué pasó, es traer luz sobre temas opacos. A veces esto se manifiesta en investigaciones que descubren escándalos en el erario y a veces en explicarle a las audiencias los rincones menos conocidos del poder. Ayudar a ilustrar las dinámicas internas de los partidos políticos, sus posibles pugnas por el poder, alianzas y financistas debería ser una aspiración prioritaria, especialmente en época de campaña, pues ayuda a predecir cómo se comportará alguien si accede al poder.

No debemos dejar que el “furor del hot” de la campaña electoral, la urgencia que provoca la elevada cantidad de eventos y el ruido proselitista nos atormenten e impidan ver nuestra misión principal, que no es sugerirle a las audiencias una u otra opción en particular, sino presentar con sentido crítico --pero sin malas intenciones-- las propuestas de todos los aspirantes, sin privilegio a banderas partidarias y con total transparencia.

Hacerlo no solo beneficia a nuestros consumidores, que están más empoderados e informados y eventualmente podrán tomar una mejor decisión si eligen acudir a las urnas. También beneficia la credibilidad y el prestigio de nuestras marcas. Además, equivale a apropiarnos de nuestro papel en una democracia: el fiscalizar las políticas públicas y la oferta de estas.

Humildemente sugiero que repensemos qué papel queremos jugar y nos distanciemos de una cobertura simplista, meramente fáctica y hasta panfletaria o “farandulesca” en ocasiones. ¡Hagamos preguntas difíciles! ¡Incomodemos a los candidatos! ¡Cuestionemos cualquier punto que parezca no tener sentido y contrastemos los discursos con la realidad!

El periodista no está llamado a hacer amigos dentro de la política, sino a ser un muro de contención del entusiasmo basado en lo irreal. Si no jugamos nuestro rol, desprotegemos a las audiencias y dejamos vulnerables a nuestros medios. Bastará un clic para que un lector inconforme encuentre un análisis más sesudo en otro sitio y al perder la credibilidad, pasaremos de un “furor del hot” a un tibio desprecio. Y sí, nos lo habremos ganado.

Finalmente, estimados candidatos, no esperen benevolencia ni excesiva indulgencia en la prensa. Fiscalizar su cobertura, cuidar qué se publica y pretender decirle a un medio por dónde orientar sus notas o cada cuánto revela una pobreza de mensaje y una conducta levemente antidemocrática.

Advierto todo esto con el fin de tener un 2018 y un 2019 menos dolorosos e insoportables. Y si se puede, más dignos.

*Columnista de El Diario de Hoy.

@docAvelar