El Salvador es pro vida

A políticos que piensen y digan que abortar no es matar como sucedió recientemente en una entrevista radial a un diputado salvadoreño, debemos exigirles respeto para la inteligencia de las personas.

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Por Mirna Navarrete

06 September 2017

Human Rights Watch es una ONG internacional promotora del aborto y de la ideología de género tan disparatada y dañina para la humanidad. Siguiendo su agenda de difusión de estas aborrecibles prácticas para lograr su legalización, buscan en El Salvador un país en el que nos abocamos al sentido común y a un verdadero respeto a los derechos humanos, donde respetamos la vida desde la concepción, a querer imponer que se legalice el aborto.

Esta y otras organizaciones supranacionales se ensañan en irrespetar el principal derecho humano de toda persona: la vida. Si no respetamos este fundamental derecho, los otros no interesan en absoluto y quedan totalmente en un segundo plano. Si no hay vida humana ¿para qué hablar de derechos? ¿Qué sentido tiene impulsar derechos humanos si no permitimos nacer a determinado grupo de personas? Interrogantes muy necesarias para darnos cuenta de que estamos en un autoexterminio que debemos frenar.

En un reciente artículo para The New York Times José Miguel Vivanco, director de la División de las Américas de Human Rights Watch, y Verónica Undurraga, profesora de Derecho Constitucional en Chile, hablan de que las leyes que prohíben el aborto son dacronianas. Es increíble cómo con un enorme descaro ponen de ejemplo el caso chileno que recientemente despenalizó el aborto. ¿Desde cuándo asesinar humanos es un ejemplo? Aducen que El Salvador examine las leyes que prohíben el aborto.

Nuestro país urge de políticas públicas para crear proyectos de albergues para mujeres que han vivido el infierno de una violación, darle las atenciones médicas e insumos imprescindibles para una recuperación y superación de este horrendo crimen. El Estado debe ser benefactor en salud para embarazos de alto riesgo, no hay excusa para no darle tratamiento a la mujer y a su bebé en gestación. El Dr. Steve Calvin, especialista en embarazos de alto riesgo, habla de los avances que ha tenido la medicina para atender al feto. Se le pueden administrar medicamentos contra las arritmias, realizarle transfusiones de sangre, incluso se les puede operar. El mismo Dr. Calvin dice: “En los embarazos de alto riesgo recomendamos revisiones semanales con ultrasonido para controlar la respiración y los movimientos prenatales entre otros aspectos”.

Esto es una muestra de cómo los avances médicos para tratar enfermedades ponen en ridículo la base legal del aborto en cuanto a la inviabilidad del feto. El Estado debe destinar un presupuesto para salud que contemple ayuda a mujeres con embarazos en riesgo. Es vergonzoso que en lugar de buscar soluciones de bienestar, se promuevan leyes para asesinar a seres inermes.

Una libertad ideológica nunca debe imperar sobre el orden natural de las cosas. Proteger la vida desde la concepción es el derecho humano por antonomasia. Un Estado que busque legalizar el aborto ha perdido su razón de ser. A políticos que piensen y digan que abortar no es matar como sucedió recientemente en una entrevista radial a un diputado salvadoreño, debemos exigirles respeto para la inteligencia de las personas; todo ciudadano con el mínimo de educación sabe que abortar es asesinar a un ser humano.

Es una broma de mal gusto escuchar personas con esta clase de excusas. Independientemente del partido político al que pertenezca un funcionario, este se debe a todos los salvadoreños, nacidos y los que están en el vientre materno. Todos los que habitamos el presente debemos proteger a los desvalidos, luchar por ese derecho que también tienen ellos de disfrutar las maravillas de este mundo. En nuestro país la mayoría de personas abrazamos y defendemos la vida. El Pulgarcito de América es un ejemplo a seguir. En El Salvador somos pro vida.

 

*Colaborador de El Diario de Hoy.

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