Las cosas horrendas que las personas se han hecho unas a otras

Pese a que el actual gobierno del FMLN sostiene que la violencia está a la baja, lo cierto es que el país sigue siendo azotado por una racha de hechos de barbarie que muestran el poco avance para crear un país seguro.

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Por Elizabeth Castro

02 September 2017

A finales de mayo pasado, en este mismo espacio, escribí impactado por las cifras que se publicaron, más de quince mil asesinatos registrados en los últimos tres años durante el segundo gobierno del FMLN; a estos escandalosos números se sumaron dos hechos que me turbaron: uno, la masacre de seis personas, incluido un menor de 14 años; fueron asesinados a mansalva en el oriente del país y abandonados “como perros callejeros”. Y dos, la historia de tres niñas que no solamente pasaron “acompañando” los cadáveres de sus padres la noche del asesinato, sino porque tienen que sobrevivir en medio de una tremenda pobreza a la par de su abuela que hace de tripas corazón para lidiar, no solo con su manutención, sino con los traumas propios que han hecho mella en la vida de estas niñas de 2,4 y 6 años.

El tiempo pasa y los hechos de barbarie siguen ocurriendo, y por supuesto me siguen turbando; esta semana, una joven de 18 años, vistiendo uniforme escolar, acribillada en una calle de Sesori, Morazán; las fotos del crimen circularon por las redes sociales con gran difusión… realmente impresionante, la joven sangrando, aventada en una calle.

Otro caso escandaloso es el ocurrido en Puerto El Triunfo, Usulután: tres niñas fueron testigos del asesinato de cuatro de sus familiares; luego del crimen las niñas permanecieron en medio de los cadáveres, y el siguiente día, salieron de su vivienda y caminaron como un kilómetro para denunciar el hecho ante la policía.

Esto me hace recordar una cita de Steven Pinker, en el libro “Los ángeles que llevamos dentro” que dice textualmente: “Las cosas horrendas que las personas se han hecho unas a otras”.

También me hace recordar el planteamiento de Pinker, con datos e historias bien fundamentados luego de una larga investigación, es que la sociedad actual es mucho más segura y los conflictos bélicos están de bajada; el pasado lo era mucho peor.

La tesis que sostiene Pinker es que la apariencia, las sensaciones, incluso la opinión pública, nos hace ver y sentir que vivimos en un período de violencia, agresiones pero no nos damos cuenta de que venimos de una “realidad que asusta” y el pasado era terrible sobre todo cuando ilustra con una y otro ejemplo, en un recorrido de la historia de la civilización, que los hechos de sangre en el pasado eran profusos además de que justificados como sí se tratara de hechos de gran normalidad.

Dos cuestiones al respecto: por un lado, los medios de comunicación social con mayor facilidad difunden profusamente los hechos de violencia, alimentando ciertamente una opinión pública que, por otro lado, posee una mayor sensibilidad humana que no solo rechaza los hechos de violencia y barbarie sino que existe cada vez un aparato institucional y jurídico que trata de parar los crímenes y la barbarie.

En el pasado, no se diga antes del siglo XVIII, la población conocía de los crímenes a su alrededor, no el conjunto; además, el aparato legal no era tan puntiagudo como lo es ahora, y no lo era porque la sensibilidad humana era mucho más laxa que en la actualidad.

Sí, pero los atentados terroristas de la semana pasada en Barcelona, España, que dejaron 13 inocentes muertos luego que fueron atropellados en una calle peatonal, o los asesinatos de los cuatro personas frente a tres niñas, no son ejemplo de ninguna sensibilidad humana; al contrario, muestran el desprecio a la vida... puede ser cierto, pero hoy a diferencia del pasado, la condena de la mayoría de la población, de la humanidad, es grande; son hechos que suceden, pero nadie, prácticamente nadie, aplaude estas acciones.

Dicho de otra manera, la irracionalidad de la violencia y la barbarie sigue estando presente en nuestro medio, pero a diferencia del pasado, incluso de un pasado reciente, ahora se rechaza y condena estas acciones.

No me cabe la menor duda que este cambio de mentalidad donde supuestamente priman la racionalidad, las instituciones, las leyes, se deben en gran parte al respeto y tolerancia que los hombres adquieren con el paso del tiempo… y la difusión de estas ideas a través de los medios de comunicación son importantes.

En este sentido, me niego a aceptar la idea peregrina, especialmente de los miembros del gabinete de seguridad efemelenista, que les gustaría que los medios de comunicación no informen sobre la violencia y la barbarie con la intención de evitar generar una opinión pública adversa.

Dar a conocer los hechos de barbarie, sean estos en nuestro El Salvador o en cualquier otro país abatido por el terrorismo, es una campanada a la conciencia no solo para condenar estos hechos sino exigir a las instituciones a combatirlos con todo el peso de la ley.

*Editor Jefe de El Diario de Hoy.

ricardo.chacon@eldiariodehoy.com