Criticando a ARENA

Tengo fe, aspiro a que estos momentos de conflicto interno sean el parteaguas del que surgirá una nueva actitud, un liderazgo fortalecido, un enfoque partidario de apertura.

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Por Elizabeth Castro

11 August 2017

El fútbol ha perdido su lugar como “nuestro deporte nacional”, para ser sustituido por el de “hacer leña a ARENA”. No comprendo, por ejemplo, cómo el que los diputados areneros se abstuvieran de votar en contra de los nefastos decretos aprobados por mayoría simple en “la plenaria del combo”, han merecido más crítica y mayor repudio que los dirigidos contra aquellos que votaron A FAVOR de semejante esperpento. ¿Cómo es eso? Cierto que los comunistas son maestros en la manipulación de la información, pero eso no quita que ya estamos mayorcitos y debemos de tener un poquito de raciocinio. Sin embargo, muy a mi pesar, yo también me uno en esta ocasión a quienes critican a ARENA (y no por el tema mencionado).

Winston Churchill, que a sus dotes de estadista unía un agudo ingenio, además de su notable sentido del humor, dijo lo siguiente: “Rusia es una adivinanza envuelta en un misterio dentro de un enigma”. Dicho en salvadoreño: ¿quién diablos los entiende?

Pues eso mismo puede aplicarse al actual partido ARENA, que lleva el camino de convertirse en ARENA partido si la dirigencia continúa empeñada en cometer error tras error, sin escuchar las múltiples voces que señalan lo que estatutaria y lógicamente debería hacerse para obtener el apoyo de todos los areneros y, principalmente, el de la población. Eso, con dos fines sumamente importantes: uno, para lograr mantener la llave de la Asamblea Legislativa en 2018 AL MENOS (ya que lo óptimo sería alcanzar la mayoría para evitar nuevos descalabros nacionales). Y lo otro, regresar al Ejecutivo en 2019.

Pero lo crucial es que para enderezar a El Salvador se necesita del máximo apoyo popular, indispensable para implementar las medidas urgentes y críticas que se requieren, tras estos años de descalabro efemelenista. ¿Cómo puede ARENA aspirar a convertirse en esa fuerza líder y unificadora si a diario nos desayunamos con una nueva crisis interna? Si existe tanta división es posible que se deba a incapacidad de algunos dirigentes para ser escuchados y seguidos; ¿han tenido la madurez suficiente para deponer su cargo, recomendando a alguien que pueda sustituirles con beneficio para el partido y para nuestro país? ¿Han tomado medidas para mejorar la comunicación? ¿Han hecho sus dirigentes un examen de conciencia, con propósito de enmienda, que encarrile sus acciones hacia conquistar nuevamente la confianza del público? ¿Han estudiado las recomendaciones, ponderadas y bien intencionadas, que expertos en todas las áreas les han dirigido? Por lo que vemos desde la palestra, pareciera que no.

Me duele mucho criticar a ARENA; lo vi nacer y crecer y también caer y levantarse. Por eso tengo fe, aspiro a que estos momentos de conflicto interno sean el parteaguas del que surgirá una nueva actitud, un liderazgo fortalecido, un enfoque partidario de apertura no solo de puertas, sino principalmente de mentes, lo que de ninguna manera significa sacrificar los principios del partido, sino enriquecerlo con nuevas ideas y líderes frescos, patriotas, capaces y comprometidos con El Salvador.

El FMLN está destruyendo nuestro país y, hoy por hoy, ARENA es la opción para darle la lucha y vencerlo; para eso necesita ser un partido unido y disciplinado, que conquiste la confianza de los salvadoreños. Por el bien de mi país, por mis hijos, nietos y bisnietos, deseo de todo corazón que así sea.

*Columnista de El Diario de Hoy.