El nuevo mercadeo, los millones de Neymar y la pintura de Catedral

La gestión del alcalde de San Salvador se caracteriza por el uso de la web y las redes sociales para buscar por todos los medios fortalecer la marca personal y ascender en la escala política. El funcionario de servicio, nada de nada.

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Por Mirna Navarrete

05 August 2017

La comidilla mundial en la última semana, y no solo en el deporte o el fútbol internacional, ha sido el traspaso millonario del jugador brasileño Neymar Jr, del equipo catalán, el Barcelona, al francés Paris Saint-Germain (PSG); se habla de cifras millonarias que pueden superar los 260 millones de dólares, mucho mayor al traspaso que se hizo de Paul Pogba, quien pasó del Juventus de Italia al equipo inglés Manchester United por 140 millones de dólares.

Estas cifras estrafalarias, que sin duda van a trastocar no solo el mercado de jugadores, sino la economía de los grandes clubs de fútbol, como la cada vez más estrecha relación entre el deporte como tal, diversión y el entretenimiento y el negocio multimillonario que tiene que ver con la televisión, las marcas y el complejo entramado financiero de la economía mundial globalizada.

En un interesante artículo publicado en el “InformaBTL, promociones, activaciones y below the line” , cuyo título habla por sí mismo “Traspaso de Neymar Jr., más que un cambio de equipo”, se plantea que la operación trasciende el deporte y entra en juego la publicidad, el mercadeo, los medios de comunicación, la web y las redes sociales que forman parte de una realidad financiera propia de la globalización.

Tal como lo plantea el artículo, en términos de marketing, promoción y publicidad se vislumbra los siguientes puntos: mayor protagonismo para el jugador, más patrocinios, publicidad mayor por menos inversión, más seguidores para el club PSG y el futbolista Neymar Jr, llevará más y mejores ingresos al club; sin duda alguna, “Neymar Jr. se convierte en la pieza clave del marketing promocional del equipo francés… tiene una dinámica multimillonaria que ha hecho del fútbol no solo un deporte, sino también una de las industrias más importantes de todo el mundo”.

Sí, el deporte ha entrado en esta dinámica desde hace muchos años, la política mundial, sea esta en países desarrollados como Estados Unidos o cualquier nación de la Unión Europea o en países pobres o en vías de desarrollo como se les llama, el mundo del marketing político, el mundo de la web y de las redes sociales han llegado para quedarse.

Y es que la política, entendida en su concepto más general, está enmarcada en tres grandes procesos, globalización económica, revolución tecnológica y crecimiento poblacional; tendencias interrelacionadas y contribuyen a la conformación y configuración de la sociedad postindustrial, tal como lo señalan los académicos.

En este contexto, la política partidaria utiliza el mercadeo y la publicidad para “crear, diseñar y enfocar los productos (en este caso los políticos) a medida… de tal forma que los usuarios (en este caso los ciudadanos) se sientan cuidados y contentos”, dice un artículo publicado en Antevenio, que además insiste en que la “personalización es fundamental para diseñar anuncios o productos específicos para cada sector” y lograr así que los usuarios, los ciudadanos se “integren a las diferentes estrategias de marketing digital…”.

La obra como tal es importante, pero lo es más que en las “diferentes comunidades, tanto en línea o fuera de ella, los clientes, los ciudadanos, puedan participar y colaborar con la marca”…en este sentido, y quiero poner como ejemplo la preocupación de la gestión municipal de San Salvador para “apropiarse” de las obras de iluminación y pintura que se hacen no solo en el Teatro Nacional, el Palacio Nacional, sino en la misma Catedral de San Salvador. Al parecer, esta es su máxima obra que debe ser “vendida” a los usuarios por la web y todas las redes sociales.

La pintura donada por una empresa privada, los fondos para hacer las obras por la embajada china, y otros fondos de los mismos impuestos de la comuna quieren ser minimizados y retomados como una obra de la comuna capitalina exclusivamente… como si estos trabajos, desde otra perspectiva, no fueran una obligación de las administración municipal para cuidar y embellecer los bienes municipales (de allí el concepto de edil, el que cuida los bienes municipales).

Además, y por esto toco el tema, porque con la riqueza de la web y las redes sociales, el marketing digital político quiere exaltar las obras y las acciones de la municipalidad para “agrandar” la imagen del político no tanto por las obras que hace, que son parte de su labor cotidiana, sino para agrandar su imagen, su presencia en la mente de los usuarios, de los consumidores, de los ciudadanos. Fomentar la marca, dirían los mercadólogos.

Esto explica que el mismo hermano del alcalde, ante un comunicado de un grupo de feligreses católicos que se pronunciaron sobre el tema, se reuniera casi de inmediato con el párroco de Catedral para “aclarar las cosas”…no había que aclarar nada, obras son obras, y si son en beneficio de la comunidad, qué bien, pero lo que no se vale es apropiarse de ellas como si otras instancias, otras personas, otras organizaciones no participan de ellas. Al César lo que es del César… a Dios lo que es de Dios.

*Editor Jefe de El Diario de Hoy.

ricardo.chacon@eldiariodehoy.com