Le vendieron el alma al diablo

Que no me vengan a hablar de “defensa a la Patria de Bolívar” o de “amor por la humanidad”, porque lo que más parece faltarles son escrúpulos.

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Por Mirna Navarrete

05 August 2017

Tanto que los efemelenistas denunciaron, gritaron, se rasgaron las vestiduras, echaron espumarajos y lloraron de rabia cuando Francisco Flores apoyó al gobierno surgido tras el golpe de Estado contra Chávez en Venezuela en 2002, para que ahora ellos vengan a hacer lo mismo con Maduro y felicitarse por esto.

Creo que los verdaderos hombres y mujeres de izquierda revolucionaria deben de estar sintiendo vergüenza, aunque no lo digan, por un partido que dice representarlos pero que exalta la dictadura, la represión, la imposición y el abuso gorilistas.

Hace unos días se recordó la matanza de estudiantes del 30 de julio de 1975 y seguramente las víctimas de ese acto represivo deben de estar revolviéndose en sus tumbas al saber que el partido de gobierno, que entonces los embrocó en esas luchas, ahora venera a quienes reprimen estudiantes y violan los derechos humanos.

Porque es la misma escena la que se repite: guardias nacionales venezolanos dispersando con gases las manifestaciones, muertos y heridos, detenidos y pateados con lustrosas botas por los represores y raptados por motorizados de la misma forma que se adjudicaba aquí a los escuadrones de la muerte.

¿O me van a negar que así lo hacían aquí y lo están haciendo en Venezuela?

Esos muchachos que salen enmascarados a recordar a los mártires del 30 de julio deberían comparar las escenas y verán que lo que hacía la que tanto denunciaban como la dictadura militar salvadoreña es lo que hace la dictadura militar venezolana.

¿Por qué aquí era malo y allá es bueno y “extraordinario”, como lo califican los del partido oficial?

¿O es que aquí solo utilizaron el sacrificio de esos muchachos para azuzar a la población y desatar una larga guerra, para luego instaurar una dictadura igual o peor que la que se combatió?

¿Y qué decir de los que murieron o sobrevivieron a la masacre en la Plaza Libertad tras el fraude en las elecciones del 20 de febrero de 1977? ¿Por qué en aquel momento acá fue una atrocidad violatoria de los derechos humanos y contra el Estado de Derecho y en Venezuela el denunciado fraude --confirmado incluso por la empresa encargada del conteo de votos-- es algo “extraordinario” y digno de imitar para el oficialismo en El Salvador de ahora?

Venezuela está aplastada ahora por la bota de una dictadura militar fascista, de la misma manera que se ha denunciado que lo estuvo El Salvador y fue lo que alegó tanto la extrema izquierda aquí para iniciar una guerra, pero a los de ahora se les venera y aplaude.

Acompañar con tanta tozudez a un régimen que cada vez se ve más aislado por el efecto de sus abusos y tropelías sólo puede indicar que hay un compromiso de vida o muerte, de sangre, algo así como haberle vendido el alma al diablo o tener una pistola mafiosa apuntando por la espalda.

Que no me vengan a hablar de “defensa a la Patria de Bolívar” o de “amor por la humanidad”, porque lo que más parece faltarles son escrúpulos. Si no, se condolerían o apenarían de las penurias que está sufriendo esa gente. Sí, esos mismos pobres de las “Casas de Cartón” que ahora son más pobres y tienen que comer basura y migrar hacia Colombia.

Ojalá que quienes han apoyado al déspota estén de la misma manera dispuestos a acompañarlo a él y sus cómplices a responder ante la Corte Penal Internacional por los crímenes que se han cometido contra el pueblo de Venezuela. Eso sí, primero tendrán que darle cuentas al electorado salvadoreño.

*Editor Subjefe de El Diario de Hoy.