Hablando de educación sexual

La educación de la voluntad es un acto de madurez, que únicamente logran aquellos que deseen sobresalir, convertirse en emprendedores, capaces de sacar adelante a su familia.

descripción de la imagen

Por Mirna Navarrete

05 August 2017

Cuando se discuten temas de múltiples embarazos en niñas, de dolorosas violaciones que sufren inocentes criaturas, y la aberración del matrimonio infantil, autorizado por la ley y que salva de la cárcel al brutal violador si se casa con su inocente víctima, la conclusión general es que no se quiere hablar de educación sexual, y se acusa a la Iglesia de prohibir este tema, considerado tabú.

Pregunta: ¿Qué entienden por educación sexual? Porque ningún organismo ni institución ha explicado los temas a tratar y los contenidos específicos a desarrollarse para lograr los objetivos propuestos. Si se refiere a información genital, podría simplificarse diciendo que hay que explicar a niñas y varones, que una vez hayan alcanzado su desarrollo en la pubertad, tienen la capacidad de tener una relación íntima, y que si hay penetración, el resultado puede ser un embarazo.

Pero, ¿es posible que en nuestro país, los niños lleguen a los 12 ó 13 años tan inocentes que desconozcan el significado del coito carnal, por la falta de educación sexual? Porque por la extrema pobreza y carencia de viviendas dignas, la mayoría de los grupos familiares viven en promiscuidad. Todos, niños y adultos, comparten la misma habitación y hasta la misma cama, lo cual permite que desde su más tierna edad, sean testigos de las relaciones sexuales que mantienen sus padres. Y con harta frecuencia, terminan siendo víctimas del padre o padrastro, porque es ley de la vida. Además del fuerte contenido sexual explícito que la tecnología, TV, celulares ponen a disposición de la juventud, que frecuentemente carece de supervisión de sus padres.

Los programas de educación sexual y reproductiva del Minsal, apoyados por organizaciones internacionales, económicamente poderosas, pretenden resolver este problema repartiendo condones y anticonceptivos, asegurando que el sexo precoz si es seguro y protegido, evita los embarazos. Tremendo engaño, porque cuando la actividad sexual se inicia pronto, hay pocas probabilidades de fidelidad a la misma pareja, y el cambio frecuente de compañero deriva en promiscuidad, prostitución y embarazos. Y estos jóvenes, como jamás terminarán sus estudios, se convertirán en carga para sus padres, no tendrán nunca un empleo bien pagado, y continuarán en la misma línea de pobreza en que nacieron.

Una mejor solución sería educarlos con visión de largo plazo, enseñarles que del uso adecuado de su cuerpo, y la decisión de esperar, depende su futuro. Que pasar a formar parte de la fuerza productiva del país únicamente se logra mediante el estudio y la preparación como personas integrales. Convencerlos de que la educación de la voluntad es un acto de madurez, que únicamente logran aquellos que deseen sobresalir, convertirse en emprendedores, capaces de sacar adelante a su familia. Es educarlos para empoderarlos y desarrollar su autoestima, para que vean un futuro prometedor y de esperanza. Y para lograrlo, el sexo, aun con condones y anticonceptivos, es su mayor enemigo, y no debe formar parte de su actividad presente.

Debe emprenderse una campaña para despertar sueños ambiciosos en la juventud. Nancy Reagan lo logró en EE. UU., con la campaña del NO, al sexo, hasta que por decisión propia, yo como dueño de mi cuerpo pueda entregarlo a quien lo merezca, con la plena libertad del amor, en un acto consciente y voluntario. Es educar para el amor, para formar familia una labor de largo plazo que vale la pena comenzar ya, para rescatar a nuestros niños y ofrecerles una vida mejor, aunque nuestras autoridades se opongan con sus equivocadas políticas de salud. Es por ello, que HAY QUE SACAR AL FRENTE DEL GOBIERNO.

*Columnista de El Diario de Hoy.