Pupusas, Salud, Gobierno y Educación

Los dos ministros del área económica, por lo menos, harían bien en leerse las 16 páginas de la Normativa distribuida por el Mined, creo que podrían aportar algo.

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Por Inés Quinteros

14 July 2017

A los 15 días del mes de junio de 2017, los ministros de Educación y Salud, Carlos Mauricio Canjura y Violeta Menjívar, respectivamente, en uso de sus facultades legales y considerando, entre otros, que el 21 de diciembre de 1996 se emitió la Ley General de Educación han enviado a los centros escolares la “Normativa de tiendas y cafetines escolares saludables”.

El problema principal con estas medidas no es lo que se hace, sino lo que se deja de hacer. Vea usted por ejemplo lo sucedido con el reciente Incendio en la Torre: tanto persiguió el Mintrab a las empresas privadas para que el reglamento de seguridad industrial fuera cumplido minuciosamente (lo que está muy bien) y, en largos siete años, no pudo hacerle “fuerzecita” siquiera al Ministerio de Hacienda para que, en apego a la ley, pusiera gradas externas de emergencia, revisara periódicamente los extintores, instalara un sistema de alarmas que funcionara o pusiera un sistema de aspersores internos para prevenir incendios. Da pena decirlo, pero cada ministro debería ser responsable del estado de cosas en sus edificios sede. De paso, ¿qué comida venderán en los comedores de los ministerios? ¿En la Asamblea? ¿En el Centro de Gobierno? Los dos ministros del área económica, por lo menos, harían bien en leerse las 16 páginas de la Normativa distribuida por el Mined, creo que podrían aportar algo. ¡No sean mal pensados!, lo digo, porque es posible que la actividad económica merme significativamente: habrá que comprar más verduras y frutas del extranjero para suplir las loncheras saludables y los cafetines escolares que quiere la Ministra (salida de divisas). Ya no se diga cuando los ciudadanos empecemos a confirmar el otro año que lo que ganamos, para lo que da, cuando da, es para pupusas. Y si se les mueren los cafetines por no ser rentables: se amuelan profesores y alumnos al no tener qué comer, se enojan, deja de circular el efectivo y… ¡La canción!

Todos estaremos de acuerdo con que el gobierno tiene derecho a mandar a sus ciudadanos. (no a ese pestilente sitio donde los ciudadanos sí mandan a sus gobernantes a cada rato, no, no). Me refiero sencillamente a mandar, a hacerse obedecer, a gobernar. En esto el Ministerio de Salud por cierto que no da una. Subió el impuesto a las bebidas alcohólicas; nos arruinaron la cerveza bajándole el contenido alcohólico y recaudaron menos impuestos; prohibió que vendieran cigarrillos sueltos y ¿han tenido problemas los fumadores para conseguirlos? ¡Ninguno, se encuentran por todos los puntos cardinales! como diría Benedetti refiriéndose a las mulatas de otras latitudes, Dice que ya se controlaron las epidemias ¡Y pande el cúnico en la población! que lo interpreta como “ahora sí, ¿quién podrá salvarnos?”.

Pero vamos también al Ministerio de Educación. ¿Es un tema de salud? Pues que Salud mande esa normativa a los Hospitales, Unidades de Salud y Clínicas del sistema integrado y que supervise su cumplimiento (mejor no, contratan otros miles). Pero la pita siempre se rompe por el lado más flaco: los directores escolares. Ya los hicieron cocineros, ya los hicieron sastres, bodegueros de alimentos y lienzos de tela, perseguidores de zapateros y costureras. No los hagan ahora gendarmes culinarios. La educación es cosa seria, requiere de tiempo de calidad y directores concentrados en gestionar sus centros escolares. Solo así conseguirán que los alumnos a su cargo reciban una educación de calidad (porque a ellos sí los hacen responsables de los resultados que obtiene su centro ¿qué le habría pasado al director de un instituto que se incendiara y que muriera un alumno?). Además, yo no sé si habrán revisado los programas de estudio de Ciencias Naturales de III Ciclo: creo que eso de la alimentación saludable ya está incluido allí y trabajado con largueza, si de educar es que se trata. El tema me hizo recordar una declaración del viceministro de Educación que apareció hace meses en la entrevista que le hacía uno de los periódicos de mayor circulación, donde afirmaba (no puedo citarlo de memoria pero lo parafraseo cercanamente): “En la actualidad, el problema que más ocupa al Ministerio de Educación es la alimentación escolar”. ¡Ahora entiendo!

¿Tendrá los efectos deseados la medida? Falta por determinar cuáles son los verdaderos efectos deseados. Pero si hemos de juzgar por todo lo anterior, los chicos seguirán comiendo pupusas.

* Psicólogo y colaborador de El Diario de Hoy.