Nuestra chica del clima

Es inconcebible que exigimos que se defienda nuestra dignidad (¡y con toda razón!) pero colaboramos reenviando chistecitos que atentan contra ella. Me consta, porque recibo memes como el que aquí menciono, tonto y sin gracia. Pero muchos otros son altamente ofensivos, poniendo a la mujer en general como promiscua, descerebrada, centrada en obtener dinero y riquezas a cualquier costo.

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Por Elizabeth Castro

30 June 2017

Me gusta mucho escuchar a la meteoróloga Sandra Yanira Martínez Tobar cuando es entrevistada por los diferentes noticieros televisivos en busca de información sobre el clima. Tiene un precioso tono de voz, su actitud emite confianza y certeza sobre lo que dice, su manejo del lenguaje es impecable (ni muletillas, ni “ellos y ellas”) y nunca deja una pregunta sin respuesta. Todo esto es el resultado de su intensa preparación y experiencia, lo que hemos podido conocer gracias a un meme sin chiste que Sandra respondió dignamente, con inteligencia y humor.

El tal meme ya es ampliamente conocido: Tres “chicas del clima” de otros países, esculturales y provocativas, quienes posiblemente han pasado varias veces por el bisturí del cirujano plástico, siendo comparadas con Sandra, queriendo dejarla mal. Creo que sucedió lo contrario, porque nuestra “chica del clima”, con su figura maternal y amistosa, se destaca entre las demás como “la chica de al lado”, aquella a la que se busca cuando tenemos un problema que consultar y estamos necesitados de un consejo.

Ya Cristina López, en su columna del lunes pasado, en El Diario de Hoy, se refirió al tema explayándose en el pésimo mensaje que ese tipo de memes envía a nuestras jovencitas, haciéndolas preocuparse más por el físico que por su mente, por su apariencia que por sus conocimientos, etc. Coincido totalmente con Cristina, añadiendo que esto también les inculca el ser burlonas en vez de generosas y de buen corazón.

El tal meme no me pareció nada chistoso, pero lo que realmente me indignó —a la enésima potencia— fue que lo recibí por parte de una amiga. ¡Una mujer, haciéndose cómplice de esa burla! ¿Cómo es posible?

Es inconcebible que exigimos que se defienda nuestra dignidad (¡y con toda razón!) pero colaboramos reenviando chistecitos que atentan contra ella. Me consta, porque recibo memes como el que aquí menciono, tonto y sin gracia. Pero muchos otros son altamente ofensivos, poniendo a la mujer en general como promiscua, descerebrada, centrada en obtener dinero y riquezas a cualquier costo, etc. Y no solo nos reímos, sino que los compartimos con nuestra lista de correos. ¡Es indignante!

Acostumbro borrar de inmediato esas comunicaciones, pero no es suficiente: también debemos hacer ver al remitente que consideramos ofensivo lo que nos envió. Ya lo he hecho ocasionalmente, con el resultado de que me han eliminado de sus correos. Pero si desde esta columna he abogado siempre por la dignidad de la mujer, debo ser congruente con mis posturas, aunque eso moleste a quienes disfrutan enviando ese tipo de mensajes. Aviso que, desde ahora, los rechazaré siempre. (Conste, los chistes sobre las suegras, casi siempre son simpatiquísimos. Hasta ahora nunca he recibido alguno que ofenda la dignidad de alguna madre política, porque a lo que se refieren, en resumidas cuentas, es al inmenso amor de cada madre por sus hijos).

Así, pues, hago un llamado a todas las de mi sexo para que tomemos conciencia de que la burla y la ofensa a una mujer, nos ofende a todas. Y poco a poco la ofensa crece y pasa a mayores, pudiendo llegar incluso a la violencia. No nos convirtamos en cómplices en contra de nosotras mismas. Tomemos el ejemplo de Sandra y sepamos defendernos con inteligencia y humor, sí, y también con firmeza y decisión.

*Columnista de El Diario de Hoy.