Proyecto Cero, ciudadanía al rescate

¿Cómo es que cuando los partidos mayoritarios únicamente son capaces de retener a su voto duro, no hay más campañas de apertura y renovación?

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Por Mirna Navarrete

11 June 2017

Al momento de escribir esta columna, la mayoría de la población expresaba poca fe en los principales partidos políticos y a menos que en el lapso transcurrido entre la redacción de este escrito y su publicación nuestros representantes en cargos públicos hayan salvado a la humanidad de un apocalipsis, los números al momento demostraban que una mayoría del electorado preferiría votar por ningún partido político antes que confiar de nuevo en las opciones posibles. Según una encuesta reciente de la Universidad Centroamericana, un 40 por ciento del electorado no votaría por ningún partido, el siguiente 40 por ciento se lo dividen casi parejo los dos partidos principales, con 20 cada uno y los partidos minoritarios mantienen arrastres de un solo dígito porcentual.

Cabe hacerse la pregunta: ¿cómo es que cuando los partidos mayoritarios únicamente son capaces de retener a su voto duro, no hay más campañas de apertura y renovación? ¿Cómo es que, cuando hay tanta evidencia de la incapacidad del partido de gobierno, la oposición no ha sido capaz de venderse como una opción viable? ¿Es que acaso nuestros gobernantes están secretamente buscando quedarse sin empleo, que no están intentando construir puentes con la ciudadanía?

Por suerte, por lo que la oferta política (en otras palabras, las opciones electorales) no está haciendo, la demanda política (los electores) está compensando. Un grupo de activistas ciudadanos con espíritu emprendedor y con ansias de transformar la política salvadoreña acaba de lanzar la iniciativa “Proyecto Cero”. En lo personal, la encontré convincente por la simpleza de su mensaje: creen en la democracia y la transparencia, en que la ciudadanía es soberana frente al estado, y en la igualdad y libertad para cada ciudadano. Difícil no coincidir con esos qués.

En cuanto a los cómos, saben que una manera eficiente de empoderar a la ciudadanía para tomar decisiones con respecto a nuestros gobernantes, es brindándole información transparente que permita pedirles cuentas. Es así como su primera campaña lleva el nombre de “Nada que esconder” y busca tabular un registro de votos por diputado, sus declaraciones patrimoniales, solvencias tributarias y declaraciones de interés. Algunos diputados han visto el valor de esta iniciativa y han prometido brindar su información. Debido a que entregar la información es un acto voluntario, quienes no la brinden demostrarán poco interés en empoderar a los ciudadanos o dejarán entrever que tienen algo que esconder.

A futuro, Proyecto Cero tiene en el horizonte otros “cómos” para lograr el objetivo de cambiar el status quo, entre ellos el apoyo a candidaturas independientes, que permitan desencadenar al servidor público de los intereses partidarios y abrir la palestra para quienes no tienen acceso a vehículos partidarios. Tampoco han cerrado la puerta a trabajar con los partidos que existen y que acepten sus “qués,” un buen ejercicio de cruce de oferta y demanda electorales. Sin embargo, el mensaje más importante que una iniciativa como Proyecto Cero envía a nosotros, los ciudadanos, es el recordatorio de que no habrá político mesiánico, redentor y salvador que pueda rescatarnos del estado actual de la política. Tenemos que rescatarnos nosotros.

*Lic. en Derecho de ESEN

con maestría en Políticas

Públicas de Georgetown University.

Columnista de El Diario de Hoy.

@crislopezg