Los Corleone de Puzo y las pandillas de El Salvador

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05 agosto 2014

Una de las escenas más populares de la película El Padrino es cuando Michael Corleone, interpretado por Al Pacino, acuña la icónica frase: "No es nada personal, Sonny, es estrictamente negocios". Esta poderosa línea captura la esencia de las organizaciones criminales sofisticadas que han trascendido de lo expresivo a lo instrumental, calculan cada acción ejecutada y toman sus decisiones evaluando sus costos y beneficios, sustrayendo por completo cualquier componente emocional del proceso.

El personaje de Pacino, durante la escena, trata de convencer a su hermano, Santino, y a los mandos más importantes de su "familia" (Tom Hagen, Peter Clemenza y Sal Tessio), que su plan de matar a Virgil Sollozzo, narcotraficante que lesionó gravemente a su padre, Vito Corleone, y a McCluskey, capitán de policía corrupto que le brinda seguridad a Sollozzo, no tenía un trasfondo emocional y que era la única forma razonable en que podrían garantizar la vida de Vito.

Durante sus intervenciones, Pacino agrega otros elementos que también intentan proyectar el relativamente elevado nivel de sofisticación de la agrupación delictual de los Corleone. Revela, por ejemplo, que su "familia" posee informantes al interior de la policía que pueden adelantarles datos útiles para asesinar a Sollozo y McCluskey. También explica que tienen una red de periodistas en planilla y que éstos pudiesen ayudar a manipular la opinión pública a su favor después de asesinar a McCluskey, pintándolo como un policía corrupto, víctima de la vida criminal que decidió llevar como guardaespaldas de Sollozzo, y evitar así que los políticos que tienen en la "bolsa" se alejen por temor a ser vinculados con una organización criminal que aniquila policías. Estos detalles incluidos en la escena consignan un pilar fundamental de la delincuencia organizada e indicador del nivel de evolución logrado por las estructuras criminales: la penetración y corrupción de otros actores del entorno.

La selección del contenido incluido en esta escena, y su consecuente efectividad para contextualizar y dimensionar, en la mente del público, el poder y la influencia de la organización delictual alrededor de la cual orbita la historia, es brillante. La innata sumisión que guardan los detalles revelados por el personaje de Pacino con la relativa evolución de una estructura criminal, los hace perpetuamente vigentes. Resultan útiles, por ejemplo, para explorar la crisis delincuencial que enfrenta el país, específicamente el problema de pandillas, empleándolas como una especie de lista de verificación de indicadores.

La negociación propiciada durante la administración de Mauricio Funes, evidencia la capacidad de los cabecillas pandilleros para eliminar sus emociones del proceso de toma de decisiones, encarnando fielmente así la frase: "No es nada personal, Sonny, es estrictamente negocios". Similarmente, las pandillas han demostrado ser un activo importante para algunos políticos salvadoreños, habiendo logrado posicionarse como actores importantes de la política local en los territorios en los que operan. La profunda penetración del aparato de seguridad también ha sido evidente en diferentes casos que han trascendido en los medios de comunicación.

Aunque hay periodistas y generadores de opinión que muchos acusan de servir a las pandillas o a funcionarios vinculados a dichos grupos, aún no existe evidencia que lo establezca de forma inequívoca. Sin embargo, documentos decomisados en los presidios del país entre 2007 y 2008 revelan que la estructura de mando pandillera había, desde entonces, identificado la necesidad de buscar estrategias comunicacionales para mejorar la proyección mediática de sus agrupaciones. Esta realización y su inclusión como línea de trabajo, son igual de significativas en términos del nivel de evolución que implican.

Tomando como base los elementos mencionados en la escena descrita, se puede afirmar que las pandillas salvadoreñas no tienen nada qué envidiarle a la familia Corleone. Este ejercicio simple no es para nada algo científico, pero hace alusión al sentido común para dimensionar y contextualizar la gravedad del problema que enfrentamos los salvadoreños.

*Criminólogo.

@cponce_sv