"No tengáis miedo"

comentando A pesar de las enormes amenazas de grupos poderosos de la cultura de la muerte, tenemos la honra de estar entre los países de avanzada que no aceptamos ni permitimos el brutal y sanguinario asesinato de bebés en el vientre materno

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24 abril 2014

El próximo 27 de abril celebrará el mundo la esperada canonización de Juan Pablo II, el Papa viajero, defensor de la paz y la justicia. Entre sus famosas frases en protección de la vida y la familia: "Nunca se puede legitimar la muerte de un inocente" y "Como va la familia, va la nación", nos recuerdan la importancia del respeto de la dignidad humana y cómo el matrimonio natural es vital para el futuro de la sociedad.

Recientemente tuve la oportunidad de participar en un Congreso ProVida Nacional en Canadá para promover más solidaridad Norte-Sur, de acuerdo a "Ecclesia in America", con especial enfoque en los temas de la vida y la familia. Un colega y yo dimos una presentación sobre la riqueza que todavía tenemos muchos países Iberoamericanos en cuanto a la protección de la vida humana del no nacido y de su madre.

Mostramos cómo en El Salvador, Chile, Nicaragua, Honduras entre otros en donde el aborto es ilegal, la mortalidad materna ha seguido bajando después de la revocación de leyes que anteriormente permitían el aborto. Chile sobresale logrando tener la mortalidad materna más baja en Iberoamérica con su legislación que desde 1989 protege ecuánimemente a la madre y a su bebé por nacer. Esto evidencia que es falso que el aborto legal reduce la mortalidad materna tal como insisten los grupos antivida.

A pesar de las enormes amenazas de grupos poderosos de la cultura de la muerte, tenemos la honra de estar entre los países de avanzada que no aceptamos ni permitimos el brutal y sanguinario asesinato de bebés en el vientre materno. Recordemos violaciones a los derechos humanos similares en la antigüedad, tales como considerar "diversión" y "entretenimiento" obligar públicamente a hombres a luchar violentamente hasta la muerte; la esclavitud legal, el asesinato sistemático-holocausto de los judíos por los nazis…

Actualmente, a pesar de las pruebas científicas irrefutables del comienzo de la vida humana desde la concepción, todavía países permiten la barbarie del aborto legal hasta los nueve meses de embarazo, descuartizando, envenenando o quemando cruelmente a un bebé indefenso. En la ONU llaman a esto "derecho reproductivo", así como a la fornicación "derecho sexual".

No podemos evitar preguntar ¿por qué la ONU presiona tanto a nuestros países a imitar esta atrocidad en vez de invertir su tiempo y dinero en perseguir y condenar las verdaderas violaciones a los derechos humanos actuales como: obligar a los matrimonios en China a sólo poder tener un niño y matar a los hijos "ilegales"; la legalización de la pedofilia en algunos países en donde se casan y abusan a niñas pequeñas y consideran a las mujeres como objetos; las masacres y persecuciones religiosas; la catolifobia o cristianofobia, la trata de personas, etc.? ¿Por qué no invierte en educar y dar salud a nuestra gente? Eso sí reduciría la mortalidad materna e infantil. Lamentablemente, hay mucho dinero involucrado en la industria del aborto y control de población.

Acabamos de rememorar la incomparable injusticia de la pasión de Jesucristo Nuestro Señor, quien murió y resucitó por cada uno de nosotros. En su mensaje de amor y misericordia nos dice: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida". No tengamos miedo, como nos exhorta San Juan Pablo II, de seguir ese Camino defendiendo la Verdad y la Vida en El Salvador, sólo así lograremos alcanzar la paz, la justicia y la libertad.

*Columnista de El Diario de Hoy.