China y El Salvador establecieron relaciones diplomáticas el pasado 21 de agosto, convirtiéndose en amigos solidarios. Actualmente, dichas relaciones ya han rendido sus primeras cosechas. El pueblo salvadoreño espera ampliar la cooperación bilateral para ayudar al desarrollo económico y social de su país. Como amigo sincero y confiable, China está dispuesta a hacerse una fuerza impulsora del desarrollo de este país.
Sin embargo, algunos se sienten suspicaces y celosos. Dijeron percibir intención geopolítica en el establecimiento de relaciones diplomáticas entre China y El Salvador, inventaron que la inversión china era “trampa”. Incluso, aseveran que la decisión de romper las “relaciones diplomáticas” con Taiwán no era correcta y exigen a El Salvador revertir su decisión.
Quiero aseverar que el establecimiento de relaciones diplomáticas entre China y El Salvador corresponde a la justicia internacional y la tendencia del desarrollo de la época. La diplomacia de China ha corrido una ruta gloriosa de más de 70 años, siempre respetando el camino de desarrollo escogido por el propio pueblo de todos los países y nunca interfiriendo en sus asuntos internos. Actualmente, en el mundo hay 178 países que mantienen relaciones diplomáticas con China.
Las inversiones de empresas chinas son bienvenidas universalmente porque ayudan a resolver las dificultades de fondos insuficientes en los países concernientes, aumentar el empleo local y el ingreso fiscal, y nunca ha causado ninguna caída de cualquier país en la crisis de deuda. La cooperación entre China y El Salvador no será de ninguna forma una “trampa” de la deuda, sino un “pastel” en beneficio al pueblo; no será una herramienta geopolítica, sino una oportunidad para el desarrollo compartido.
En la actualidad, los materiales donados por la parte china, tales como las computadoras y los camiones cisterna, han llegado a El Salvador, y muchas delegaciones como la de la Academia China de Ciencias de la Agricultura Tropical visitaron a El Salvador; 34 jóvenes salvadoreños están estudiando en China, y para este año, 35 más. Las expectativas de esta relación se ven cada día más notables en todos los sectores, especialmente en el sector del azúcar y del café.
Lo que China trae a El Salvador es amistad, cooperación y beneficio mutuo, y lo que ofrece al pueblo salvadoreño, respeto sincero, oportunidad para el desarrollo y un futuro más promisorio. Como el comentario del artículo La Verdadera China publicado por La Página bien pone, “la decisión de abrir relaciones con la República Popular China tiene una sola interrogante: ¿Por qué tan tarde?”.
Ya sembramos las semillas de amistad entre China y El Salvador. Las voces que apoyan el fortalecimiento de la cooperación binacional son claras y firmes. Esperamos mancomunar esfuerzos junto con la Parte salvadoreña conforme a los principios de respeto mutuo, igualdad y beneficio recíproco, y no intervención en asuntos internos para superar la interferencia externa, impulsar el intercambio amistoso entre los dos países, apoyar al desarrollo económico y la mejora de bienestar de El Salvador. Nos asiste la convicción de que el nuevo gobierno de El Salvador se ajustará a la tendencia de la época y la voz de su pueblo y tomará la decisión correcta correspondiente a los intereses fundamentales y de largo plazo del pueblo salvadoreño.
¡Bajo el cuidado esmerado de ambas partes, las relaciones sino-salvadoreñas crecerán sin duda de un plantón a un árbol frondoso y la cooperación binacional será tan fragante y deliciosa como el café salvadoreño y tan dulce y agradable como el azúcar de este hermoso país!
Embajadora de la República Popular de China.