Burócratas sin burbujas

Discutamos abiertamente las consecuencias de elegir mal a los funcionarios para que la nueva administración no cometa los mismos errores y, en cambio, seleccione a personas honestas, inteligentes, preparadas y profesionales

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22 April 2019

Actualmente, un porcentaje mucho mayor de la población tiene acceso a Internet. Según cifras del Banco Mundial, 45% de las personas en el mundo tiene acceso. Este porcentaje es mucho más alto en países desarrollados. Por ejemplo, en Canadá, el 91% de las personas está en línea. Un informe oficial reciente reveló que el 74% de la población con acceso a Internet en ese país pasa conectado entre 3 y 4 horas al día. Dedican, por tanto, una porción significativa del día a consumir contenido compartido en el ciberespacio. Parte importante del tiempo en línea se usa para navegar las redes sociales como Facebook, Twitter e Instagram. Incluso, muchas personas se informan a través de las redes sociales y no con medios tradicionales.

Distintos analistas han advertido lo fácil que es compartir contenido en las redes sociales que proyecta un panorama muy diferente a la realidad. Los filtros y otras herramientas que se ponen a la disposición de los usuarios para que retoquen las fotos que comparten, permiten hacer que todo parezca mejor de lo que en verdad es. Así las imágenes compartidas proyectan un mundo aumentado irreal. Los que las consumen se quedan con una percepción equivocada de la realidad de las personas que las comparten.

Este mundo ficticio, más positivo, impresionante y alegre, es similar al que perciben los funcionarios públicos en El Salvador. Todos los burócratas corren el riesgo de perder contacto con la realidad cotidiana del ciudadano promedio. La forma en que funcionan las instituciones públicas salvadoreñas propicia la formación de burbujas alrededor de los titulares y sus allegados. Los burócratas que no toman pasos decididos y concretos para prevenir ser atrapados en estas burbujas terminan viviendo en un mundo distorsionado, distinto al que vemos los demás. Las paredes de la burbuja filtran las imágenes que visualizan del país, los salvadoreños, su círculo de confianza y las instituciones que dirigen. Los funcionarios atrapados en estas burbujas perciben todo mejor de lo que en realidad está, similar a como vemos el mundo a través de las fotografías que se comparten en las redes sociales modificadas con filtros y otros retoques. Esto, sin excepción, lleva a tomar malas decisiones y a adoptar políticas públicas inadecuadas, que el resto de los salvadoreños, que no estamos dentro de su burbuja, vemos desatinadas y, en ocasiones, hasta ridículas.

Así, por ejemplo, el gabinete de seguridad se atreve a justificar la compra de motos de lujo, mientras los policías aún tienen que soportar condiciones deplorables en las delegaciones y calzar botas remendadas, a punto de destartalarse. Así, los funcionarios del actual gobierno se pasean por los medios de comunicación sosteniendo que, bajo su gestión, se ha logrado debilitar a las pandillas, mientras municipalidades importantes del país están secuestradas por dichas agrupaciones y, a diario, los pandilleros abandonan los cuerpos embolsados de sus víctimas en las calles, como que si no temen ser sorprendidos. Así, el arquitecto de la negociación entre el Estado y los cabecillas pandilleros pasó cinco años más al frente de una de las principales instituciones del aparato de seguridad (y aún quiere otros cinco), dando la cara como que si no pesara sobre sus hombros la responsabilidad de haber convertido a las pandillas en agrupaciones mucho más avanzadas y sofisticadas.

Es importante reflexionar sobre estos temas en la actual coyuntura, para crear consciencia en el gobierno entrante. Discutamos abiertamente las consecuencias de elegir mal a los funcionarios para que la nueva administración no cometa los mismos errores y, en cambio, seleccione a personas honestas, inteligentes, preparadas y profesionales, que tomen medidas para no dejarse atrapar por esas burbujas que hacen que los burócratas miren el mundo como que si lo hicieran a través de los filtros de las redes sociales.

Criminólogo@_carlos_ponce