Assange, héroe o villano del ciberespacio

Estos próximos días veremos qué decisión toma Londres respecto a Assange. Si lo deja en Europa fuera del alcance del largo brazo de la justicia norteamericana o lo hace atravesar el Atlántico con custodios para ser llevado a juicio bajo las leyes norteamericanas.

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15 April 2019

El 11A quedará registrada para el mundo entero la noticia de un hecho controversial del ciberespacio y la libertad de prensa, con la captura del fundador de WikiLeaks, Julian Paul Assange, por la policía británica Scotland Yard, luego del retiro del asilo político que le había brindado la República del Ecuador desde 2012.

Aparentemente, la gota que rebalsó el vaso en Ecuador y provocó el retiro del asilo para a Assange fue que en el sitio web de WikiLeaks se dio a conocer el número de una cuenta bancaria en Suiza con un saldo de US$14 millones, cuyo titular es el presidente de Ecuador, Lenin Moreno, quien asumió el poder en mayo del 2017.

Londres tiene en sus manos una papa caliente, a raíz que la captura de Assange procedió del pedido de extradición que Estados Unidos hizo del australiano, que desde diciembre de 2017 asumió la nacionalidad ecuatoriana. La justicia norteamericana imputa responsabilidad a Julian Assange por complicidad en la divulgación de documentos confidenciales que la ex–soldado Chelsea Manning hizo por medio de WikiLeaks. En 2013 Manning fue condenada a 35 años de prisión y actualmente está encarcelada pese al indulto que en 2017 le otorgó el presidente Barack Obama.

La filtración de documentos clasificados a WikiLeaks incluía secretos sobre las guerras de Irak y Afganistán, cuya develación puso en aprietos la diplomacia norteamericana. El 8 de marzo de este año, la ex–analista de inteligencia militar fue nuevamente apresada por negarse a testificar ante el Gran Jurado sobre una investigación en contra de WikiLeaks.

Estos próximos días veremos qué decisión toma Londres respecto a Assange. Si lo deja en Europa fuera del alcance del largo brazo de la justicia estadounidense o lo hace atravesar el Atlántico con custodios para ser llevado a juicio bajo las leyes norteamericanas. La verdad es que el fenómeno WikiLeaks, como instrumento de divulgación de millones de bits con información confidencial, se ha granjeado el malestar y rencor de muchos gobiernos del mundo, constituyéndose estas acciones en el primer caso de limitación globalizada a la libertad de expresión y al ciberespacio.

En El Salvador hay periodismo investigativo, potenciado con las normativas de acceso a la información pública, que como la ex-soldado Manning, se vinculan a este sitio WikiLeaks, a fin de llevar el periodismo y la libertad de expresión a dimensiones propias de este milenio. Incluso, la dinámica de las redes sociales que se activaron al máximo en las elecciones de 3F, divulgando información del gobierno del FMLN, pueden vincularse conceptualmente a este fenómeno global amorfo, de organización sin estructura, que pone a disposición de grandes masas poblacionales información claramente entendible que las lleva a tomar acciones, sociales y políticas.

Estamos ante un fenómeno de alcances impredecibles del periodismo y la libertad de expresión. Con fuerzas que lo alientan como los activistas de la organización global de hackers de Annonymous, inspirada en la película “V for Vendetta”, basada en el libro del escritor británico Alan Moore, o en antagonismo, fuerzas que tratan de detener este periodismo de Tercer Milenio, desde instituciones obscuras y otras que son públicas de los “establishment” conservadores de mucho los países del orbe.

Sin duda, la amenaza hecha por los hackers de Annonymous en su video que se tornó viral de “liberen a Assange o la pagarán” no sólo llevará a “hackear” sitios web del gobierno ecuatoriano, sino en países en los cuales se inicia la incursión al mundo cibernético, que reportan ya antecedentes de estos ataques cibernéticos a periódicos y oficinas de gobiernos, sin marco legal que lo evite.

Exministro de Economía resmahan@hotmail.com