Ser el cambio que queremos ver

En un solo día de la semana pasada (8 al 12 de abril), la División de Tránsito de la Policía Nacional Civil reportó 56 accidentes viales, que dejaron 45 personas lesionadas y 5 fallecidas. El día anterior a este, dejó como resultado 52 accidentes, 21 lesionados y 2 fallecidos. Así nos va. Múltiples accidentes, muertos, lesionados y una sociedad en permanente luto.

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15 April 2019

El tráfico en las calles de El Salvador es un reflejo de nuestra sociedad. Vemos miles de carros y motocicletas manejados de forma agresiva, sin ceder el paso, donde se lucha por pasar primero aunque se pase chocando a los demás. Esto no es más que consecuencia de una buena parte de la población egoísta, sin empatía, violenta, estresada, mal educada. No son todos, pero al ver el caos diario, da la impresión que es mayoría. San Salvador se ha convertido en una jungla de asfalto donde distintos especímenes competimos por llegar a nuestro destino.

El tráfico ya se convirtió en un factor de gran incidencia en el ánimo de los salvadoreños. Ha alterado nuestros hábitos, pues las actividades ahora empiezan mucho más temprano que antes. Pero el problema no solo es la cantidad de carros que ahora hay en el país, en parte producto de un mal sistema de transporte; el pan de cada día son los accidentes por culpa de la imprudencia, por manejar borrachos o por simples distracciones.

En los últimos meses hemos sido testigos de aparatosos accidentes de tránsito que han dejado decenas de muertos. Causa una gran tristeza e impotencia ver familias sufrir por culpa de la imprudencia de ciertos conductores a quienes el exceso de velocidad les ganó el pulso y terminaron entre latas retorcidas o arrollando a personas que solo iban pasando.

Para poner un par de ejemplos de lo que se han convertido las calles de El Salvador: en un solo día de la semana pasada (8 al 12 de abril), la División de Tránsito de la Policía Nacional Civil reportó 56 accidentes viales, que dejaron 45 personas lesionadas y 5 fallecidas. El día anterior a este, dejó como resultado 52 accidentes, 21 lesionados y 2 fallecidos. Así nos va. Múltiples accidentes, muertos, lesionados y una sociedad en permanente luto.

Las autoridades por la fuerza han intentado corregir el caos vial. San Salvador se ha convertido en la ciudad de los sapos, con esas grandes estructuras de concreto tratan de moldear la conducta de los automovilistas, pero para algunos incivilizados resultan insuficientes. Al ver el caos en las calles, cualquiera pensaría que no somos tan distintos a las malas conductas que tanto criticamos de los demás. Una infracción de tránsito nunca va a ser igual a un acto de corrupción, a un robo o a algún delito o crimen complejo. Pero en lo poco se refleja hasta dónde puede llegar la actitud de una persona.

Hay muchos accidentes leves que son producto de la falta de paciencia y de cortesía de los conductores. Vemos constantemente que muchos carros se dan golpes pequeños porque una persona no es capaz de esperar cinco segundos a que otro conductor pase. Como que si impedirle el paso a una persona lo adelantará diez minutos en el tráfico.

Los que se llevan la peor parte son los transeúntes. Las calles de San Salvador son las menos amigables para los peatones. No hay espacios suficientemente amplios en las aceras, estas se encuentran en mal estado y en el peor de los casos no hay aceras para que caminen. Para rematar esta situación, los conductores son agresivos y no son capaces de ceder el paso ni respetar a quienes deberían tener el derecho preferente de paso como en cualquier país civilizado.

El Salvador es de todos. Los que vivimos aquí tenemos derechos y obligaciones que cumplir. En una sociedad tan convulsionada como la nuestra, no esperemos que el cambio venga de los demás para que las cosas empiecen a mejorar. Seamos el cambio que queremos ver en nuestra sociedad. Demos el ejemplo.

Abogada