¿Adónde están los desaparecidos?

Una persona desaparecida debería encontrarse en 72 / 120 horas en promedio; de lo contrario se puede presumir altamente que ha sido asesinada y está enterrada en tumbas clandestinas.

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21 March 2019

Los desaparecidos (privados de libertad) parece que finalmente están llegando al momento de exposición pública que necesitaba este tema en El Salvador. Luego de mucha resistencia de autoridades a todo nivel, medios de comunicación, periodistas, analistas, el liderazgo de El Diario de Hoy ha desarrollado diferentes enfoques sobre las implicaciones victimológicas, criminológicas y sociales. En marzo del 2019 son menos personas las que se resisten hablar sobre el tema y reconocen que es una realidad y que está afectando a nuestro país desde el año 2010 con una clara tendencia al alza, no es una tipología criminal nueva.

Me permito opinar sobre algunas consideraciones sobre al menos tres implicaciones para nuestra sociedad, luego de estudiar e investigar este tema desde el año 2013:

—Implicaciones victimológicas: las víctimas deberían ser el enfoque principal del Estado salvadoreño, de acuerdo con los diferentes reportes oficiales de denuncias en sede fiscal y policial en nueve años puedo establecer una proyección conservadora de más de cien mil víctimas (familiares directos) que al no “aparecer” su familiar se encuentran sin poder cerrar este ciclo en sus vidas, y con la esperanza que algún día pueda aparecer, mientras tanto tienen que padecer una serie de implicaciones; la principal es la revictimización, ya que se les dice a los familiares “a saber en qué andaba”, “pero no era pandillero”, “eso le pasó por...” etc. implicaciones legales, jurídicas, económicas, entre otras. ¿Qué tratamiento psicológico e integral reciben las víctimas?

—Implicaciones criminológicas: es innegable que el crimen organizado y las pandillas han encontrado una salida jurídica para los asesinatos, en la lógica de ellos, sin cuerpo no hay delito, pero no podemos limitar a los asesinatos a esta tipología criminal; sin duda el crimen organizado puede estar utilizando esta modalidad para otros delitos, como trata de personas y cualquiera de sus modalidades. Las estructuras criminales han actuado por imitación de modalidad criminal y saben el nivel de impunidad que está generando este delito lo que les anima a continuar.

—Implicaciones sociológicas: estamos perdiendo una generación completa frente a nuestros ojos y todavía la reacción del Estado salvadoreño es muy timorata. Estas implicaciones no solo le competen a la FGR y PNC, es a todo el Estado; el segmento más afectado son los jóvenes de quince a veintinueve años y el segundo tramo es de los treinta a treinta y cinco años. Los familiares, además de problemas psicológicos, enfrentan problemas económicos, de herencia, de falta de poder cobrar seguros u otros beneficios; al ser una tipología delictiva que afecta principalmente a hombres y de niveles de trabajadores, campesinos, obreros, agricultores sin duda golpea la economía familiar de familias menos favorecidas en El Salvador.

Existen en mucha menor proporción casos de personas desaparecidas por acción voluntaria, en especial jóvenes, pero que tienen la particularidad que luego de la crisis que los motivó a desaparecer de su entorno familiar, regresan. Y todavía en casos mínimos cantidad personas que deciden irse para Estados Unidos sin avisar a ningún familiar, ni amigo, en mi apreciación, excepciones.

Una persona desaparecida debería encontrarse en 72 / 120 horas en promedio; de lo contrario se puede presumir altamente que ha sido asesinada y está enterrada en tumbas clandestinas.

El llamado es nuevamente al Estado salvadoreño a reaccionar utilizando todo el poder nacional para buscar alternativas de solución y respuestas inmediatas. Además no seguir negando, minimizando o invisibilizando esta realidad criminal y social. Los desaparecidos nos deben hacer falta a todos como salvadoreños, no solo a sus familias y amigos.

Experto en seguridad y criminología