Lecciones aprendidas en los comicios del 3F y desafíos futuros

Lo importante es comprender los retos que ahora se presentan a la sociedad civil para ejercer su influencia en la gestión del próximo gobierno.

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19 March 2019

Transcurridas las primeras semanas desde los resultados de las elecciones presidenciales del 3F, todo tipo de conclusiones han surgido a la luz de la realidad política salvadoreña. Como siempre y en la tradición de nuestro compromiso con la Nación, debemos aprender de la experiencia, rescatar lo positivo y continuar en nuestro compromiso de construcción democrática.

La primera lección por aprender es que debemos ser muy cuidadosos en no caer en la tentación absolutista de muchos llamados analistas políticos. Llama poderosamente la atención que los acérrimos opositores de la fórmula ganadora, autores de los más contundentes razonamientos sobre su “imposible triunfo”, aquellos que descalificaron las encuestas universitarias, ahora argumentan haber pronosticado la posibilidad del desenlace más contundente en las últimas décadas.

Sin entrar a valorar las diferentes razones que pueden haber motivado su comportamiento, lo que queda en evidencia es que las encuestas serias continúan siendo un importante instrumento técnico de análisis electoral.

La segunda lección aprendida es que el mundo ha cambiado y que el papel de las redes sociales es cada vez más importante en una campaña de comunicación y más efectivo que los sistemas tradicionales de concentraciones pagadas, cargar niños descalzos, abrazar a ancianitas y regalar láminas.

La tercera lección aprendida es que la población ya despertó del letargo en que lo había sumergido el sistema político tradicional y que ya no cree en los políticos de escritorio, ni en promesas a futuro, sino en la realidad que debe enfrentar día a día, en condiciones de inseguridad, desempleo y pobreza.

Pero más allá de aciertos, desaciertos y lecciones aprendidas, lo importante es comprender los retos que ahora se presentan a la sociedad civil para ejercer su influencia en la gestión del próximo gobierno.

El primer desafío para la sociedad civil es desprenderse de atavismos y tradiciones y ser capaz, contrariamente a lo que sucede con los partidos políticos, de aceptar la realidad y disponerse a trabajar con las nuevas autoridades en beneficio de las grandes mayorías de la población, dentro de un marco de respeto a la constitución, a la democracia y al Estado de Derecho.

El segundo desafío es contribuir a desmontar la confrontación social y polarización política que todavía persiste en algunos sectores fanatizados que parecen continuar en campaña con insultos, descalificaciones y mentiras que demuestran que los troles están en todos los lados del espectro político.

La sociedad civil debe, por todos los medios, aislar esos pequeños resabios de frustración a través de una campaña de formación ciudadana y la promoción de valores y principios que contribuyan a una cultura de paz, convivencia y cohesión social.

El tercer desafío para la sociedad civil es comprender que hoy más que nunca está llamada a crear los mecanismos para canalizar la fuerza de la población en el ejercicio de la auditoria ciudadana y el observatorio de la democracia, compromiso que adquirimos desde nuestros orígenes en el sentido que lo ejerceríamos sobre cualquier fuerza política que ejerciera el poder, a fin de que se cumpla con el respeto a la Institucionalidad, al principio de la División de Poderes, al Estado de Derecho y a la Democracia.

Presidente de Concertación Democrática Nacional