Nayib Bukele: astucia política y pragmatismo

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18 March 2019

El discurso del presidente electo Nayib Bukele en la Fundación Heritage es un reflejo de astucia política y pragmatismo. Se presentó ante un público conservador, en una de las organizaciones más influyentes en la política interna de los Estados Unidos; con sus palabras, reposicionó las relaciones que los dos gobiernos del FMLN han tenido con el país norteamericano. Y sus ideas parece que darán un golpe de timón a las políticas que se han ejecutado en los últimos diez años.

El nuevo presidente se proyecta como un hombre pragmático. El primer paso dado fue buscar apoyos políticos en el sector conservador de los Estados Unidos, que en estos momentos tiene una gran influencia para aprobar ayudas a naciones como la nuestra. Bukele no carece de ideología, como muchos lo han señalado desde su campaña. Todos tenemos ideología, pues esto no es más que los pensamientos que orientan las prioridades en nuestra vida y en nuestra forma de ver el mundo.

Más bien, parece que para el nuevo presidente será la realidad y las necesidades que se vayan presentando las que irán marcando el paso en la toma de decisiones, sin importar si se trata de medidas comúnmente acuñadas a la derecha o a la izquierda. Sus acciones dan la idea de que las políticas públicas serán hechas de forma pragmática, a la medida de los problemas que se busque enfrentar.

Las reflexiones expuestas por Bukele en la Fundación Heritage, además de ser una buena estrategia política, nos brindan más luces de su pensamiento que lo que dijo en toda la campaña presidencial. Habló de la importancia del libre mercado, de una firme creencia de un “Estado pequeño”, es decir, no intervencionista y menos paternalista; del rol del sector privado en el desarrollo del país, de las caravanas migrantes, de su enfoque en el combate a la corrupción y de las relaciones diplomáticas con países como Venezuela y Nicaragua.

Es positivo que el nuevo presidente marque distancia con gobiernos dictatoriales, pues más que un aspecto ideológico, se trata del respeto a los derechos humanos de los nicaragüenses y venezolanos; además, el respeto a los principios de una República de los que habló, serán una vara para medirlo a futuro. También es importante que el nuevo presidente hable de inversión y de generar condiciones adecuadas para las relaciones comerciales, que son un aspecto fundamental para el desarrollo de la economía.

Bukele también señaló que los problemas sociales como la migración producto de la violencia y pobreza serán erradicados en un cien por ciento en los próximos años. Esto sin duda alguna requiere de una fuerte inversión social en rubros como seguridad y educación, mejorar las condiciones de la economía y que se generen más y mejores trabajos. Esto implica generar esperanza en nuestros compatriotas de que ellos y sus familias tienen un futuro sostenible en El Salvador. Si el ideal es la búsqueda de la armonía social, producto de las mejoras notables de los indicadores en los rubros antes mencionados, sin lugar a dudas el gobierno deberá implementar medidas que en contextos históricos pasados fueron catalogados de derecha o de izquierda.

Los problemas del país están claros y varias promesas del presidente electo ahora están sobre la mesa. Considerando que El Salvador es un país con grandes necesidades, muchos esperaríamos matices y mayor definición a la hora de articular políticas públicas. Qué bueno que el nuevo presidente hable de inversión y desarrollo económico. Y estamos claros de que Nayib conoce las grandes necesidades que tienen la población. Ahora es momento que el presidente electo demuestre que es capaz de cohesionar todas estas ideas importantes en una República. Y sobre todo, que cumplirá sus palabras.

Abogada