Populismo

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08 March 2019

Es un error muy común el pensar que el populismo consiste en ofrecer o llevar adelante políticas sociales que beneficien al pueblo, tales como la mejora de la educación, la salud, o la vivienda. Tampoco consiste en poner en práctica políticas con el propósito de ganar más votos en las siguientes elecciones. Esta es la manera en la que se espera que funcione la democracia. En una democracia que funciona bien, las victorias en las elecciones deben ir a los que aseguren la implementación de políticas que beneficien al pueblo, de modo que los políticos se vean motivados a implementarlas.

Es decir, el populismo no está definido ni por la orientación de las políticas ni por la motivación que impulse a los gobiernos a implementarlas. La diferencia entre una medida que no es populista y una que lo es consiste en que la primera está diseñada para resolver los problemas del país mientras que la segunda se concibe no para resolverlos sino para dar la impresión de que se están resolviendo. Así, el populismo consiste en tratar de conseguir votos a través de mentiras dichas o actuadas o prometidas al público.

En esta semana hemos tenido dos ejemplos clarísimos de populismo, cortesía de la Asamblea Nacional. Los dos ejemplos se enmascaran con objetivos muy loables, que si se lograran realmente ayudarían al desarrollo del país: aumentar la pensión mínima, aumentar los recursos que fluyen hacia la acumulación de los ahorros de las pensiones, e incluir en los beneficios del Seguro Social a los hijos entre 12 y 18 años de los asociados de dicha institución.

En estas y otras columnas yo he abogado por incrementos sustanciales en la inversión en capital humano—la educación y la salud principalmente—como un fin en sí mismo (el fin de la sociedad es proveer beneficios a sus miembros, incluyendo la educación y la salud) y como un medio para generar mayor valor agregado en la producción, y así proveer mayores ingresos a la población. La mejora de las pensiones y la ampliación de la cobertura del Seguro Social irían en esta dirección. Si estas iniciativas de la Asamblea estuvieran basadas en acciones concretas que proporcionaran los recursos necesarios para mejorar las pensiones y aumentar la cobertura del Seguro Social, serían iniciativas excelentes.

Pero así como se han dado, sin tener los recursos, ni los planes necesarios para volver realidad sus objetivos, las iniciativas son mentiras, obras histriónicas montadas para un engañar al pueblo. El sistema de pensiones no tiene los recursos para cumplir con las obligaciones adicionales que se le están montando, y tampoco los tiene el Seguro Social. Como lo han dicho los médicos y otros profesionales que trabajan en el Seguro Social, y como se quejan con gran amargura sus usuarios, la institución ya está muy sobrecargada. Los enfermos con necesidades de atención reciben citas con meses de atraso, las instalaciones físicas son insuficientes, y la calidad de los servicios con frecuencia es inadecuada. Cuando los diputados anuncian que la cobertura será aumentada, no dicen que todos estos problemas se volverán mucho peores, y que los beneficios que supuestamente están dando a la población están falseados de entrada.

Así, que lo que está en el escenario es un engaño está clarísimo. Hay dos posibles explicaciones para que los diputados lo hayan montado. Una es que lo hayan montado de hecho, sabiendo que eran mentiras lo que estaban ofreciendo. Esto sería populismo fehaciente. La otra es que lo hayan montado sin darse cuenta de que ambos casos—las pensiones y el Seguro Social—son cosas serias que requieren estudios profundos y recursos sustanciales que no existen en este momento. Esto sería un populismo mucho más profundo que el otro, porque evidenciaría un engaño más cínico y permanente, el implícito en poner diputados que ni siquiera saben lo serio que es manejar los asuntos del pueblo y la preparación que se necesita para hacerlo. Lo irónico del caso es que estos ejemplos perfectos de populismo han sido aprobados por diputados que dicen oponerse a este.

Máster en Economía Northwestern University