Café: Buscando mejores parámetros de precio

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04 March 2019

La demanda mundial de café ha ido creciendo a medida que aumenta la población, las estrategias de comercialización y los cambios en el gusto por el aromático. El suministro de café depende en gran medida de la estacionalidad y las condiciones de crecimiento en las naciones productoras. Por lo tanto, el precio del café tiende a ser altamente volátil y atrae a los comerciantes, inversionistas y especuladores que buscan aprovechar esta volatilidad de su precio.

El denominado Precio C exacerba la volatilidad en el mercado del café porque se basa demasiado en la especulación y en proyecciones de muy corto plazo. El mercado reacciona exageradamente a la información, como el clima en Brasil, porque demasiadas personas involucradas en el comercio del café están tratando de ganar dinero a corto plazo.

Una de las razones por las que la volatilidad a corto plazo del Precio C causa estragos en la economía real es porque el café es un cultivo perenne, que tarda unos 5 años en llegar a su plena madurez. Por esta razón, existe un desfase aletargado entre las señales de precios y las capacidades para alterar la producción. Es imposible que los agricultores puedan reaccionar de manera oportuna al Precio C y esto exacerba la volatilidad de los precios internacionales.

El precio del mercado C del arábica se toma de la International Coffee Exchange (ICE), un precio que está muy viciado. ¿Cómo sabemos que está viciado? Debido a que la fijación de los precios del café en esta categoría C crea escenarios que justifican la grave desigualdad en las cadenas de valor del café y perpetúan la profunda pobreza en las tierras cafetaleras.

En la realidad lo que se negocia no es el café en físico sino un contrato que se denomina contrato a futuro y que como su nombre indica, hace referencia a la especulación sobre el precio que el café tendrá en un futuro. El valor de cada futuro se determina con base en los cálculos de las fechas en que cada país sacará al mercado el producto y el posible precio que tendría el bien para ese entonces. De este modo, la apertura de la Bolsa de Café de Nueva York, creada supuestamente para dar seguridad a los inversores y atraer más dinero al mercado, ha terminado llevando a repartos de beneficios más injustos en la economía mundial del café.

Los especuladores son inversores que están dispuestos a asumir un alto nivel de riesgo, a cambio de un atractivo beneficio futuro. Estos compran contratos a futuro y antes de que se cumpla su fecha de vencimiento, los venden. De este modo, apostando a los precios futuros del café, pueden obtener ganancias importantes, sin que el café en físico haya pasado por sus manos y sin haber añadido ningún valor a la economía del café.

El beneficio que le queda a estos especuladores, se produce al momento en el que los pequeños productores están perdiendo dinero de manera injusta. Cuando el volumen de estas inversiones es muy alto, el precio internacional del café se ve afectado. Esto crea inestabilidad e incertidumbre en la economía del café y pone en riesgo los ingresos de millones de familias.

Ante la crisis del sector por bajos precios, las federaciones del café a nivel mundial están considerando dejar de cotizar en la Bolsa de Nueva York.

Considero que ha llegado el momento de pensar de una manera distinta. Y eso incluye, desvincular el precio del café de la bolsa de Nueva York y llegar a un punto en el cual se tenga en cuenta el costo de producción más una rentabilidad.

Exministro de Economía resmahan@hotmail.com