Señor Presidente: no se olvide de la nutrición... ¡pero en serio!

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09 February 2019

Ya quedaron atrás los días de eslóganes de campaña, mítines, programas de TV, radio y redes sociales; las elecciones pasaron y dejaron un claro mandato del pueblo salvadoreño para un nuevo Presidente de la República de El Salvador: trabajar por el pueblo y para el pueblo.

No hay tiempo que perder esperando a que se conforme un gabinete y se tome posesión... ya se ha perdido demasiado tiempo. El pueblo salvadoreño no disfruta de su derecho humano a la salud, en su verdadero sentido, el cual no se limita a tener acceso a medicinas y hospitales, sino que es el “goce de un completo estado de bienestar físico, mental y social”, dentro de lo cual se pasa indefectiblemente por una buena nutrición.

Señor Presidente electo: He leído con detenimiento el Plan Cuscatlán, en el cual se ve plasmado un énfasis a la salud y dentro de ésta a la alimentación, con especial interés en madres embarazadas, la niñez y la adolescencia, lo cual en términos generales está muy bien, pero es importante profundizar al respecto desde el principio. Sobre todo porque en El Salvador las autoridades que han tenido a su cargo el manejo de la responsabilidad de la salud y por ende de la nutrición, no han hecho bien la plana y eso ha traído sus consecuencias.

Seguimos teniendo desnutridos, personas con anemias por deficiencia de hierro, lo cual afecta sus capacidades cognitivas, y no podrán ser los ejes en los cuales se monte un plan de desarrollo tecnológico para este país; y las autoridades se contentan con decir que el problema ha disminuido. Dejémonos de cuentos: ¡Hay que ELIMINARLO!

Existe un creciente problema de sobrepeso, obesidad y con ello incremento de las enfermedades crónicas no transmisibles, que está matando prematuramente a muchos salvadoreños y han dejado incapacitados a otros miles.

Y esto no se resuelve queriendo subir impuestos o poner etiquetas culpando a los alimentos A o B de ser causantes del problema. Aunque no se venda ni un solo alimento procesado y se destruya a toda la industria de alimentos y bebidas (cosa que estoy segura no está dentro de sus planes), tenga por seguro que el problema de la obesidad, la diabetes, la hipertensión y otras, ¡no van a desaparecer!; porque el origen real es de hábitos, y estos se construyen a través de la educación en el transcurso de todo el ciclo del crecimiento y en general a través de la vida misma. Y esto también lo vi plasmado en su plan.

Por lo tanto, no me queda sino recomendarle, como experta en el tema, que no caiga en la trampa de querer encontrar molinos de viento para que parezca que se combate el tema de los problemas nutricionales, que son base para el goce del derecho a la salud. Hay que educar a la población, crearle criterio para que tomen las decisiones adecuadas, para que sepan escoger y para que decidan realizar actividad física.

Si usted da “la línea” adecuada en esta materia, le aseguro que tendrá una población más apta, más feliz, más proclive a desarrollar sus potenciales y todos se lo vamos a agradecer.

Médica, Nutrióloga y Abogada

Mirellawollants2014@gmail.com