Algunas reflexiones sobre el 3F

descripción de la imagen
Luis Mario Rodríguez. Foto EDH/ Menly Cortez

Por

06 February 2019

Es evidente que el descontento que recorre América Latina superó, por mucho, a la fuerza electoral mostrada por ARENA y el FMLN en las últimas cinco elecciones presidenciales. En columnas anteriores dijimos que el enojo de los ciudadanos y el desgaste de las organizaciones partidarias “tradicionales” por los escándalos de corrupción, por la ausencia de resultados y por la postergada renovación de liderazgos, forzó la recomposición del sistema de partidos en otros países de la región. La incuestionable victoria del candidato Bukele nos confirma que ese sentimiento se encuentra arraigado en una porción considerable de salvadoreños. En efecto, la evolución de los datos en el Latinobarómetro y las investigaciones de la Universidad de Vanderbilt, a través del Barómetro de las Américas, advirtieron, desde hace varios años, sobre el aumento sostenido de la insatisfacción con la democracia y la disminución de la lealtad ideológica y partidaria de los votantes.

Por otra parte, el bajo nivel de participación —10 puntos menos que la registrada en la segunda vuelta de 2014— no debería relativizar el “halo” de legitimidad del nuevo gobierno que prevalece en un segmento importante de la población. El mandatario electo ganó en los 14 departamentos del país, se impuso en 195 municipios y aventajó, hasta por 210,000 votos, a su principal contendiente, la Alianza por un Nuevo País, en zonas como el Área Metropolitana de San Salvador.

Se debe aclarar que el triunfo de GANA no terminó con el “bipartidismo” como se viene afirmando desde la campaña. En nuestro sistema existen más de dos partidos (es de tipo multipartidista). Lo correcto es señalar que en 2019 finalizó el predominio de dos partidos que venía caracterizando a las elecciones presidenciales desde el acuerdo de paz. Recordemos que en la Asamblea Legislativa existe representación de cinco grupos parlamentarios, incluidos los dos grandes partidos que cuentan con las bancadas más numerosas. Ciertamente la pérdida de una abultada cantidad de votos en ARENA y el FMLN son predictores razonables de una crisis en su interior. Si no administran correctamente las diferencias que ya están en el debate público, se arriesgan a que crezca el descontento de sus bases y de sus simpatizantes y a que otros partidos recién constituidos o en formación, como Nuevas Ideas, Nuestro Tiempo, lo mismo que VAMOS, capitalicen el deterioro de aquellos y les arrebaten diputados en 2021.

Las redes sociales serán un factor relevante en futuros comicios. Los candidatos, en especial el victorioso, si bien hicieron uso de los medios tradicionales, se auxiliaron en gran medida de Twitter y Facebook como canales para hacer llegar su mensaje a los electores. Con la irrupción de estos mecanismos de comunicación vinieron también las noticias falsas. En otros países esta clase de notas han afectado la percepción de los votantes e influenciado los resultados de las elecciones. En siguientes procesos el Tribunal Supremo Electoral y la sociedad civil deben impulsar iniciativas como la mexicana o la costarricense, donde verificaron la autenticidad de las notas y se aclaró con prontitud cuando se trataba de mentiras y calumnias.

También deben enmendarse las fallas en el proceso electoral y exigirse el respeto de la ley. La holgura de la victoria no debe esconder los problemas que se presentaron para acceder, desde cualquier dispositivo electrónico, a la plataforma del TSE con la finalidad de constatar, en línea, la evolución de las actas procesadas. En un escenario con resultados estrechos se habría especulado sobre la manipulación de los números. El incumplimiento del silencio electoral, la opacidad del financiamiento político y la falta de equidad en la cobertura periodística son otros aspectos que es necesario revisar y corregir.

Lo prematuro del evento y la consecuente escasez de información nos impide hacer una lectura completa de lo acontecido el pasado domingo. No contamos aún con la segmentación de la participación electoral por edad y sexo. Tendrán que realizarse análisis sociológicos y estadísticos y discusiones en grupos focales para conocer si el apoyo recibido por el presidente electo provino de los votantes que perdieron ARENA y el FMLN, cuántos fueron electores nuevos, su estrato social y en qué magnitud influyeron los jóvenes. Asimismo la pobre asistencia a las urnas impone la obligación de estudiar las causas que desmotivaron a la mitad de la población a ejercer su derecho al sufragio.

Doctor en Derecho y politólogo