En plena campaña electoral no escuchamos de parte de los candidatos a la presidencia del FMLN, VAMOS ni de GANA, propuestas encaminadas hacia la reivindicación del gremio médico, como una solución al menos a una parte de los problemas graves que afectan a nuestro sistema de salud. Y es que resulta que mucho de lo que afecta a los médicos repercute en forma directa en la población, claramente sobre la oportuna, eficiente y especializada atención médica en la red hospitalaria.
En esta década perdida de un “cambio” que nunca llegó, de una “reforma en salud” que resultó ser un credo fantasmal y fanático, el problema del personal de salud necesario para cubrir la atención hospitalaria fue tabú, algo intocable. En cambio, el Ministerio de Salud se hipertrofió como un grasoso corazón de personal administrativo, de jefes a “nivel central” y de una tropa de “supervisores” actuando cual policía política, todos fieles a la línea ideológica y también devengando salarios asombrosos. ¿Qué pasó con la contratación de suficiente personal de salud en los hospitales entre médicos, enfermeras y paramédicos? ¡No pasó nada! En cambio, la orientación fue sobre hacia la sobrecarga de trabajo, hacia el control de los médicos que directamente atienden a los pacientes a través de un sistema de exigencias y amenazas, de supervisiones al estilo Gestapo bajo un sistema burocrático.
Lo que vimos y vivimos son los casos de médicos generales cubriendo plazas que corresponden a especialistas, contratados en horarios que superan por muchísimo las doscientas horas mensuales bajo roles de turnos extenuantes; son médicos generales encargados del manejo de la gineco-obstetricia, de realizar cirugías de apendicitis, que aún hoy los hay quienes cubren turnos como especialistas ¡sin serlo! Sabemos de hospitales “fantasma”, sí, fantasmas, porque luego de las horas hábiles los quirófanos se cierran, ya porque no hay anestesista, porque no haya especialistas para realizar una intervención quirúrgica, etc. Estos lugares quedan en un tenebroso abandono durante las noches y días feriados. Suele quedarse un solo médico para la atención, tanto de la emergencia como de los pacientes hospitalizados. Es raro el hospital periférico donde se puedan realizar dos intervenciones quirúrgicas en forma simultánea, debido a que, con mucha suerte, queda un solo especialista, un solo quirófano funcional durante los turnos y días no hábiles. Son pues “hospitales de día” y no se entienda bajo la definición del moderno concepto de cirugía ambulatoria en el cual el paciente no ingresa a ocupar una cama hospitalaria. Hospitales de segundo nivel que cierran sus puertas a la vida como se cierra un taller de mecánica, no digamos una cantina que alguna atención se recibe en altas horas de la noche. No, es porque solo funcionan en horario de oficina.
El resultado obvio es macabro: los pacientes no son atendidos en forma oportuna, tampoco son vistos por especialistas certificados que a tiempo completo cubran las 24 horas del día. Son atendidos por colegas cansados, fatigados o que se encuentran atendiendo en forma simultánea a dos o tres pacientes delicados. Peor: ellos no tendrán la pericia para resolver una situación clínica compleja; y aún peor: ni siquiera podrán referirlos a otro centro, porque los demás hospitales adolecen de los mismos problemas y porque los principales hospitales de referencia de tercer nivel, se encuentran desbordados.
El resultado es la fatalidad, para que luego por ejemplo, en forma inquisidora se linche a un médico por una mortalidad materna. Sirvan estas letras pues, como un reclamo a nuestros candidatos para escuchar de ellos propuestas serias y viables. Cansados estamos de escuchar largas peroratas y mentiras que duermen el sueño de los injustos y como un aviso para las instituciones que velan por la legalidad y por el respeto a los derechos humanos de los salvadoreños.
Médico