Las oportunidades de 2019

En la Presidencia de la República no hay espacio para un sabelotodo que pretenda reducir el manejo del país a analogías infantiles.

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02 January 2019

El Salvador empieza un año que guarda un enorme potencial. Hay varias posibilidades en el horizonte inmediato que, si se identifican, administran y aprovechan de forma correcta, pueden propiciar cambios importantes para el país. Acostumbro a reservar un espacio al final del año para reflexionar sobre las lecciones aprendidas y los retos pendientes. En esta ocasión, sin embargo, la coyuntura del país exige prestar especial atención a las oportunidades que traerá el 2019. Identificarlas temprano permitirá manejarlas, potenciarlas y explotarlas al máximo, asegurando así un máximo impacto. Hay tres en particular que es necesario tener en mente.

El 2019 estrenará Fiscal General, Raúl Melara. El funcionario tiene 3 años para acumular méritos que definan su legado y, al mismo tiempo, permitan su reelección. El valiente trabajo sin precedentes de Douglas Meléndez, el fiscal saliente, ha dejado calibró las expectativas ciudadanas a un nivel mucho más alto que en el pasado. Vamos a exigirle más a Melara. El entusiasmo de su primer año de gestión y nuestras elevadas expectativas pueden convertirse en ingredientes esenciales que se traduzcan en dinamismo, entrega y garra en la investigación y persecución de varios casos cuyos desenlaces tendrán implicaciones trascendentales para el país.

La Fiscalía actualmente tiene casos pendientes en los tribunales en los que acusa a redes de corrupción vinculadas a poderosos actores nacionales y estructuras criminales asociadas a la negociación entre el gobierno y las pandillas. También tiene varios casos de igual significancia que se encuentran en las últimas etapas de la investigación inicial, casi listos para ser judicializados. El éxito de estos casos requerirá coraje, entrega, astucia y profesionalismo. Es posible que las expectativas ciudadanas y el entusiasmo se traduzcan en eso, pero para ello los salvadoreños tenemos darle el beneficio de la duda al fiscal y, al mismo, tiempo presionar para mantenerlo caminando a paso firme en la dirección correcta.

Otra oportunidad imperdible que trae el 2019 es la consolidación de espacios para una nueva generación de analistas y actores sociales involucrados en el debate público y la intervención de situaciones de relevancia nacional, que cuentan con un nivel relativamente elevado de preparación académica, íntegros y motivados por un interés genuino de contribuir a que las cosas mejoren. He reiterado, en diferentes ocasiones, que la incursión de estos jóvenes en la generación de opinión y la intervención de problemas críticos tiene el potencial de elevar el nivel de análisis y empujar a un mejor tratamiento de las crisis en las que está sumergido el país. El Salvador necesita reemplazar las voces de quienes opinan e inciden en la formulación e implementación de las soluciones de problemas sin una base técnica o la preparación académica correspondiente (o fingen hacerlo).

Las elecciones presidenciales constituyen, quizás, la oportunidad más importante del 2019. Tendremos en nuestras manos la decisión de elegir qué rumbo tomará el país. El factor que tiene que guiar nuestra decisión no solo debe considerar a los candidatos y sus cualidades sino a los equipos que estos tienen la capacidad de convocar. El próximo presidente poco podrá hacer solo, su éxito dependerá de la calidad de profesionales y expertos que pueda reclutar y de su humildad para escucharlos. No hay espacio para un sabelotodo que pretenda reducir el manejo del país a analogías infantiles. Necesitamos un presidente que reconozca el valor de la visión técnica de expertos, sepa descartar a charlatanes y tenga la capacidad de transformar sus insumos en políticas de gobierno. No podemos dejar que se escape esta oportunidad. Elegir a un candidato que se rodee de farsantes, aprovechados y leguleyos nos atormentará durante años.

Estas son las principales oportunidades a las que los salvadoreños debemos prestar atención y poner todo nuestro esmero en no desperdiciar.

Criminólogo

@_carlos_ponce