Columna Transversal: Joder a Paco Flores

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30 December 2018

Escuché los “audios presidenciales” que publicó la revista digital “Factum”. Lo que se presencia ahí tiene algo insuperablemente cómico. Algo tan cínico que raya en lo absurdo. Algo tan absurdo que da risa.

Hay que ubicarse en el tiempo y en el contexto. La grabación refleja una reunión celebrada el 11 de octubre del 2013. Los participantes son: Mauricio Funes, entonces presidente de la República, acompañado por su capo “Mecafé”; y Tony Saca, su antecesor en Casa Presidencial, acompañado por su capo-primo Herbert y por su incondicional César Funes. A esta altura del partido, Tony Saca ya se había robado decenas de millones de dólares de fondos públicos.

Cuánto realmente robó nunca lo vamos a saber. Según la acusación del fiscal Douglas Meléndez, se quedó con la totalidad de la partida reservada de CAPRES, unos 300 millones. Pero como esto obviamente fue paja mediática y, por tanto, no lo pudo comprobar, Meléndez aceptó un juicio abreviado, así que nunca se estableció cuál fue la porción que de hecho se apropió Saca. Cuando los presidentes se juntaron para tomar whisky y conspirar, buena parte de este dinero ya estaba invertido: en sus empresas, en su mansión y en su partido GANA.

Por su parte, Funes, con 4 años en CAPRES, posiblemente ya había superado las cifras de Saca. Según Douglas Meléndez, cuando Funes entregó el poder, en junio del 2014, había malversado unos 350 millones, y nadie sabe qué porcentaje te quedó a vos, a Vanda, a la Michy y a sus hijos…

Entonces, aquel 11 de octubre del 2013 están sentados dos dones tomando whisky. Ambos perfectamente sabían que el otro se había robado una fortuna –pero de esto, entre caballeros, no se habla. Hablaron sobre como joder a otro expresidente, Paco Flores, y como convencer a la ciudadanía de que este su enemigo común se había quedado con 10 millones de dólares que el gobierno de Taiwán había mandado con cheques a su nombre.

Obviamente, los ahí reunidos, ladrones todos, no se dieron paja mutuamente hablando de ética, moral y corrupción, tampoco de los víctimas del terremoto supuestamente defraudadas por Flores. No, las lágrimas de cocodrilo quedaron reservados para los discursos públicos de Funes. Entre ladrones no se habla así, así que se concentraron en discutir cómo involucrar a un periodista corrupto, a un fiscal corrompible, a un fiscal general amigo y a un ministro de Seguridad inescrupuloso (Ricardo Perdomo). Todo con un solo fin: joder a Paco Flores -y por tanto a ARENA, faltando cinco meses a las elecciones. Aunque no lo mencionaron, se trató de facilitar que don Tony podía regresar al poder y seguir robando. Punto. Una cosa sumamente práctica, que tiene que ver con sobornos, con amenazas, con tráfico de información falsa – no con pendejadas nobles como justicia o verdad.

Ahí reside lo cómico de estas conversaciones, lo cínico y lo absurdo. El triángulo conspirativo entre dos presidentes anteriormente enfrentados ideológicamente, pero unidos en la corrupción y el odio a Paco Flores; y el tercero, ausente pero siempre presente: el todopoderoso Fiscal General Luis Martínez.

No era la única vez que se puso a funcionar este triángulo mafioso para joder a un adversario. Igual los mismos tres conspiraron para hundir a don Billy Sol y los otros acusados en el caso CEL-ENEL. Con el mismo cinismo: todos los conspiradores sabían perfectamente quiénes habían convertido la CEL y a Geotérmica en hoyos negros de la corrupción: primero Saca, luego Funes, usando los mismos operadores. Con el caso CEL-ENEL querían matar dos pájaros con un tiro: desacreditar a Billy Sol, Paco Flores y ARENA –y a la vez levantar una cortina de humo para esconder su propia administración fraudulenta en la CEL.

Hoy Tony Saca y Luis Martínez conviven en Mariona. Tal vez todavía andan discutiendo por qué no les funcionó su jugada contra don Billy. Bueno, la segunda jugada sí les funcionó. No lograron condenar a Paco Flores, pero sí matarlo. Tampoco Saca logró regresar a poder, pero por lo menos lograron que llegara Sánchez Cerén.

En resumen, los expresidentes nos obsequiaron una ópera bufa surrealista, y el que debe de estar riéndose a carcajadas es Paco Flores, apreciando desde donde esté las piruetas que dieron la vida a los tres señores que lo querían joder…

Periodista.