Las turbas de las Nuevas Ideas

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10 December 2018

No hay ninguna nueva idea en utilizar a las masas para crear disturbios y generar presión. Que Nayib Bukele haya llamado a sus turbas (pocas, pero relajeras) a protestar frente al Tribunal Supremo Electoral por un supuesto fraude que se está fraguando, nos muestra, una vez más, lo anticuado y peligroso que es.

El exalcalde de San Salvador se ha dedicado en los últimos meses a lanzar acusaciones contra el TSE. Lo resume en un tuit del 6 de diciembre, mismo día en el que simpatizantes de su movimiento intentaron ingresar por la fuerza a las instalaciones del Tribunal Supremo Electoral e impidieron la salida de los trabajadores.

“No inscripción a tiempo de @NuevasIdeasSV, no permitirnos participar en coalición, bloqueo del voto en el exterior, permitieron la campaña adelantada, no detienen la campaña sucia, no contestan nuestros escritos, acta del fraude, ahora nos cambian el color”, escribió. Un día después, añadió otra causa: “Y se me olvidó, la cancelación ilegal de @CD_ESA. Pensaron que no iba a rebalsar el vaso...”.

Qué capacidad para hacerse la víctima y sin ninguna prueba. Entre falsedades y simplismos, muchas de las cosas que él califica de fraude son en realidad cuestiones de ley y plazos que deben ser respetados. Nadie está por encima de ésta y no está bien hacer tales señalamientos solo porque no satisfacen los caprichos y gustos del candidato. Qué cinismo, además, hablar de campaña adelantada y sucia cuando ha utilizado dos alcaldías para hacerlas girar a su alrededor, cambiándoles su imagen y colores; o cuando cuenta con el apoyo de miles de usuarios falsos que se dedican a despotricar contra los críticos y que promueven noticias falsas o tendenciosas.

Sobre el pantone de la discordia, hay que recordarle al señor Bukele que el partido con el que corre es GANA y que sus colores (cambiados justo en esta elección, por cierto, para ser similares a los de Nuevas Ideas) no pueden ser iguales a los del partido de la golondrina por cuestiones legales.

Estas quejas y reacciones de Bukele evidencian que es un peligro. Es experto en tergiversar las cosas para hacerlas ver como si el “sistema” estuviera en su contra. Si algo no le gusta, llama al “pueblo” a protestar. Algunos lo siguen sin siquiera preguntarse si los motivos son válidos o reales. No hay que dejarse engañar por estos malos liderazgos antipolíticos, que lo único que hacen es apelar a lo más visceral de nuestra naturaleza.

No es primera vez que recurre a tal práctica. En 2016, protestó en las afueras de la Fiscalía, junto con simpatizantes del FMLN, por el “Caso Troles” y, en lugar de respetar la investigación y su debido proceso, retó al Fiscal General, Douglas Meléndez.

Viendo lo anterior, no me extrañaría que ante una eventual derrota en las urnas, mueva a sus turbas y hable de fraude con sus recurrentes acusaciones infundadas, apoyándose en que las encuestas les daban la victoria, como si fueran un instrumento de medición infalible.

Las protestas son un medio válido para pronunciarse, siempre y cuando sean pacíficas, no se atente contra los demás o contra la propiedad privada. Sin embargo, en pleno siglo XXI, más que revoltosos en las calles, este país lo que necesita es fortalecer sus instituciones y el Estado de Derecho. ¿Será que Bukele busca esto? No lo creo.

Comunicador.

jgarciaoriani@gmail.com