Carta al próximo gobierno

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24 marzo 2014

Estimados señores:

Ya lo dije antes de las elecciones, sin tener idea de quién las iba a ganar, que el próximo gobierno tiene que tomar de entrada algunas decisiones sobre cómo piensa gobernar. Se lo repito ahora a quienes el 1 de junio van a asumir.

Urge desmontar el gobierno paralelo que Funes y sus dos secretarios omnipotentes han construido e inflado en Casa Presidencial. Urge regresar a un gobierno constituido por el consejo de ministros, y no por intrigas en los pasillos de Casa Presidencial.

Les doy algunos ejemplos de las cosas que no deben seguir manejando desde secretarías presidenciales: cultura, medios públicos, protección civil, ciudad mujer y otros asuntos que la actual primera dama ha concentrado en su secretaría de intrusión social. Y sobre todo: las reuniones de secretarios presidenciales entre ellos o bilateralmente con ministros no pueden seguir sustituyendo el funcionamiento del gabinete de gobierno y del consejo de ministros.

Ambos partidos ya han dicho que el feudo de la primera dama hay que desmantelarlo y devolver sus competencias a la administración pública permanente, que son los ministerios que no dependen de la correlación de fuerzas en el matrimonio presidencial y dentro de Casa Presidencial. Háganlo, entonces.

Ambos partidos que compitieron por la presidencia hablaron de deshacer el monstruoso y absurdo aparato de la Secretaría Presidencial de Cultura. Háganlo, entonces. Lo mejor sería, incluso, que no creen un Ministerio de Cultura sino un Instituto de Cultura y Artes, con un estatus de autonomía comparable al de la Universidad de El Salvador. No tiene sentido que cada presidente que entra nombre su director de Zoológico, del Teatro Nacional, de la Biblioteca, y de la Compañía Nacional de Danza.

El gobierno Funes escogió el camino peligroso de convertir no solo la cultura sino también el desarrollo de los medios de comunicación públicos en parte del aparato de proyección, propaganda e imagen de la presidencia. Esto hay que pararlo ya. Igual que en el caso de las instituciones culturales del Estado, la única manera idónea de administrar los medios públicos de comunicación de una manera adecuada, no partidaria y profesional es con instituciones autónomas que no respondan al interés de una partido ni de un gobernante sino de la nación.

Quédense ustedes con una buena oficina de prensa (que dentro de su gran aparato inflado llamado Secretaría de Comunicación tampoco tuvo el gobierno Funes), que opere con profesionalidad y transparencia. Desháganse de juguetes caprichosos como el Aló Presidente, de la Subsecretaría de Transparencia con todo y su pasquín de propaganda llamado "Transparencia Activa". Son aparatos de propaganda y de guerra sicológica no dignas de un gobierno democrático.

Y recorten el presupuesto de publicidad y propaganda de Casa Presidencial y de todo el gobierno. Reduzcan la publicidad a la difusión de información necesaria para la población, y corten toda la difusión de opiniones oficiales. Todos les vamos a agradecer esta medida.

Fíjense que todas estas medidas que les planteo no dependen de fondos adicionales, sino exclusivamente de su voluntad política de desmontar el aparato monstruoso que el ejecutivo actual ha construido en Casa Presidencial, a costa del buen funcionamiento del gabinete, de los ministerios y de una administración pública profesional y moderna.

Saludos, Paolo Lüers

Posdata: Y si por arte de magia cambiara la suerte electoral, sostendría cada palabra de esta carta. Por el momento, la dirijo a quienes vea armando gobierno.