La desnutrición aguda es condenar a muerte a un niño

El Censo de Peso y Talla detectó una disminución en la desnutrición, pero esta aún causa muertes. Sobre todo en niños menores de un año.

descripción de la imagen
Foto EDH/ Lissette Monterrosa

Por

02 October 2018

Lucía vive en Tacuba, un municipio donde el 34 % de los niños tiene bajo crecimiento. Lucía tiene nueve años y su estatura no sobrepasa el metro. La desnutrición no solo se ve reflejada en el déficit de peso o talla. Un niño desnutrido también tiene problemas de aprendizaje; su capacidad productiva se ve afectada y su débil sistema inmunológico lo hace presa fácil de las enfermedades.

Lucía estudia en el Centro Escolar José Martí en Tacuba. Parece confundida cuando su maestra le habla. Tarda más tiempo que otros niños en hacer los ejercicios de clase y sus padres, aunque quieran, no le pueden ayudar con las tareas. Lucía tampoco conoce sus apellidos ni la fecha de su cumpleaños. Lo único que dice confiada es que su madre la llama “la niña más chiquitita del mundo”. Hay familias en Tacuba que tienen dificultades para apoyar a los niños. Algunos padres no pueden leer ni escribir y otros tantos tienen baja escolaridad. A muchos, la pobreza les impide continuar con los estudios.

En primer grado, todos deben saber leer y escribir si desean pasar a segundo grado. Es en septiembre cuando los maestros saben cuáles niños lo lograrán. El director de la institución, José Hernán Arévalo, dice que un 70 % de los niños de primer grado ya pueden leer y escribir en septiembre. “Nos falta un par de meses más y quizá podríamos llegar a un 10 % de niños que deben ir a refuerzo. Pero, hemos tenido casos que ni con refuerzo logran la competencia necesaria. Por eso hay niños de nueve años en primer grado”.

Las capacidades cognitivas y productivas en la escuela o en el hogar van ligadas al estado de salud de un niño y Tacuba siempre ha tenido niños desnutridos. El último censo de peso y talla fue en 2016 y se hizo con niños de primer grado de seis a nueve años. En este municipio midieron y pesaron a 839 niños, de los cuales 34 % tuvo retardo en talla; 28 % retardo moderado y 6 % retardo severo. Esto ubica a Tacuba en una categoría Muy Alta de problemas de desnutrición y, aunque ha mejorado desde 2000, Tacuba sigue teniendo casos como el de Lucía.

En el año 2000 casi la mitad de los niños censados tenía problemas de crecimiento. De cien niños, 49 tenían retardo en talla. En 2007, se mantuvo ese porcentaje. Para 2016, hubo 34 %. Es decir, hubo una disminución del 31 % de niños desnutridos.

Entre 2008 y 2015 hubo cinco muertes por desnutrición en Tacuba. En los últimos dos años, ninguna. El problema ha disminuido, sí; pero persiste. Entre 2006 y 2017, hubo 463 muertes por esta causa en todo el país, de las que 142 corresponden a niños menores de un año y 69 a niños de entre 1 y 10 años.

Lea además: La obesidad y la desnutrición acechan las islas de Usulután

La mala alimentación de la madre en los meses de gestación todavía afecta a los infantes de municipios como Tacuba, donde ha habido avances, pero insuficientes. Hay familias en este municipio que viven en extrema pobreza. No tienen empleo ni semiempleo; viven de la agricultura de temporada y cultivan granos básicos para sustento propio. No solo Lucía enfrenta las consecuencias de la desnutrición. El director de la escuela también debe tomar precauciones con todos alumnos y evitar, sobre todo en el mes cívico, que ellos estén parados por mucho tiempo. Arévalo agrega: “La economía de las familias es bastante precaria. Hay niños que no pueden estar mucho tiempo parados porque sino se descompensan. Ocurrió con un niño, el papá no tenía trabajo y el niño decía que no había comido; así muchos niños vienen sin comer desde sus casas”.

Ana Daysi de Márquez quien es directora del Consejo Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional (CONASAN) y una de las responsables del último censo de peso y talla, explica que, si un niño tiene desnutrición aguda tendrá bajo peso. Mientras que un niño con desnutrición crónica tendrá baja estatura. “La desnutrición aguda es como condenar a muerte al niño, si no se trata, muere. En la desnutrición crónica, el niño queda como en una cadena perpetua, no se muere, pero queda condenado a las secuelas que lo van a acompañar el resto de su vida. Son adultos que piensan lento, actúan lento y se manejan lento. No tiene la capacidad competitiva para sobrevivir en la vida adulta”.

¿Por qué hay niños como Lucía que están desnutridos? Márquez explica que en los primeros dos años de vida el crecimiento es acelerado, por lo que se debería orientar la mayoría de políticas públicas para en esta etapa. “Tenemos que cuidar a la madre desde el embarazo: orientar a la madre a la lactancia materna, dando alimentación suplementaria si la madre es de bajos ingresos y, si no tiene los medios para alimentarlo, tendría que haber un programa social para eso”.

Un niño con bajo peso puede reponerse con un plan de alimentación sana, pero si ya hubo retardo en talla “ya hubo retardo en crecimiento de todo el organismo, de todos los órganos. Y eso ya no es reversible. Entonces, si no queremos esos daños permanentes, no debemos permitir que ningún niño tenga retardo en crecimiento”, sostiene Márquez quien además de directora del CONASAN es licenciada en nutrición con estudios en planificación alimenticia.

Lucía tiene retardo en crecimiento. De acuerdo a su edad debería medir entre 25 y 30 centímetros más de lo que mide. Sin embargo, la desnutrición no solo le afecta su crecimiento y peso. Los estragos también se reflejan en su vida académica.

Si los niños de Tacuba tienen problemas para alimentarse en sus hogares, la escuela viene a ser el único lugar donde pueden comer un poco más.

Dos niños que se reúnen a la hora del receso y platican, responden cuando se les pregunta si les gusta la comida de su escuela: “Sí, me gusta. Los lunes me gusta más porque dan ‘cornflakes’”- dice uno. El otro añade: “A mí me gusta el arroz con huevo, frijoles con arroz y huevo y la leche con cereal. Pero a veces me lo llevo a mi casa para llevarle a mi mami”. El programa de alimentación escolar ha sido bien recibido en escuelas como las de Lucía, donde hay niños que llegan a estudiar sin desayunar o algunos otros sin almorzar cuando las clases inician en la tarde. Pero en esta escuela de Tacuba buscan, cada vez más, que sus niños se alimenten mejor. La escuela participa en un proyecto con agricultores locales. El director comenta: “Hacemos una rueda de negocios con pequeños agricultores y cada lunes, adquirimos tomate, zanahoria y otras verduras para 933 alumnos; 71 de ellos, de primer grado”.

La primera oportunidad que tiene la sociedad para que los niños no nazcan desnutridos es poner atención a la alimentación de la madre. Luego a los primeros años de vida del menor. La nutricionista agrega: “Si el niño nace con retardo en estatura y con bajo peso. Lo que no ganó ahí no lo va a recuperar nunca. En cualquier etapa de la vida en la que se detenga el crecimiento eso ya no lo recupera”.

Los niños desnutridos son vulnerables a desarrollar problemas relacionados con el estrés y la ansiedad; Márquez cree que se enfrentarán a lo largo de toda su vida a muchas desigualdades fruto de estas enfermedades y agrega: “Estos niños desnutridos son los que la sociedad sacrifica para siempre”.

El mapa de la desnutrición y el sobrepeso en El Salvador

Selecciona una categoría y da clic en el departamento que deseas explorar. Luego verás los municipios con el mayor porcentaje de obesidad, sobrepeso o retardo en talla. Esto según la categoría que selecciones. Estos datos corresponden al Censo de Peso y Talla 2016 en niños de primer grado.