Acusados de matar a Blanca, Vilma y Carla siguen prófugos

El ex-GRP Juan Josué Castillo, el exsoldado Álvaro Antonio Rodríguez Velásquez y el exvigilante privado José Adán Menjívar Miranda llevan mucho tiempo evadiendo la justicia.

descripción de la imagen

Por

22 September 2018

Los crímenes de mujeres siguen a la orden del día en El Salvador. Ocurren de las formas más variadas y en distintos estratos; mueren amas de casa y comerciantes, también mujeres en empleos formales y profesionales. Pero en este mosaico hay un elemento común: la mayoría ha muerto a manos de sus parejas o exparejas por la relación de poder.

Son alrededor de 290 mujeres que han muerto de forma violenta solo en lo que va del año, y de ellas, la mayoría (más del 80 %) ha sido por su condición de ser mujer, según datos revelados por la Fiscalía General de la República (FGR).

¿Y qué pasa con los agresores? En casos bastante sonados y otros menos mediatizados, se ha logrado varias capturas y los sospechosos están siendo procesados judicialmente, pero hay otros en los que siguen prófugos. Hay al menos tres de estos casos en los que las autoridades aún no han dado con ellos, pese a que a dos de estos incluso los busca la Policía Internacional (Interpol).

El caso más conocido es el de Juan Josué Castillo Arévalo, un exagente del extinto Grupo de Reacción Policial, señalado de haber baleado a la agente Carla Mayarí Ayala Palacios y de desaparecerla.

Después de más de ocho meses, el cuerpo de Ayala, una policía con 20 años de trayectoria y madre esforzada de dos hijos, fue encontrado el pasado 6 de septiembre en una fosa dentro de una propiedad de parientes de Castillo Arévalo, en el caserío Los Ríos, en San Francisco Javier, Usulután.

Los restos de la agente Ayala Palacios fueron enterrados por sus familiares y colegas de la institución policial la tarde del pasado viernes, pero el hombre al que las autoridades responsabilizan de su muerte sigue libre.

Fiscalía registra 288 muertes violentas de mujeres en el país

El rostro de Castillo aparece entre los más buscados por la Policía Internacional (Interpol) y por la Policía Nacional Civil a nivel local. Esta última incluso ofrece $5,000 a quien dé información que permita localizarlo y llevarlo ante los tribunales donde es requerido por el delito de feminicidio agravado.

Castillo Arévalo, un policía considerado muy competente y conocido con el indicativo “Samurái” dentro de las filas del exgrupo especializado de la Policía, ha logrado evadir a la justicia durante 268 días (contados hasta ayer), luego de que en la madrugada del 29 de diciembre escapara sin problema en dos ocasiones de la sede del ex-GRP y luego otra vez de sus colegas que lo perseguían, supuestamente, en la zona del Árbol de la Paz, al sur de San Salvador.

El director general de la Policía, Howard Cotto, ha insistido en que no han cesado de buscarlo, que tienen información de que se oculta en México, pero hasta el momento, no hay rastro de él.

Al igual que Samurái, hay otros sospechosos que también han sabido evadir a las autoridades luego de haber matado a sus parejas.

¿Qué fue del homicida de Vilma?

José Adán Menjívar Miranda, un hombre de complexión delgada, piel morena y que trabajaba como vigilante privado, está prófugo desde la mañana del 24 de octubre de 2017, luego de que matara a sangre fría a su esposa Vilma Pérez.

Las investigaciones han revelado que ella se dirigía a la Policía a denunciarlo por maltrato hacia ella y sus hijos, y que, pese a los ruegos del hombre, ella no desistió. Fue allí que Menjívar la asesinó frente a sus dos pequeños hijos y otros testigos.

Un equipo de El Diario de Hoy transitaba por la zona del crimen: una gasolinera situada sobre la Troncal del Norte, en la jurisdicción de Apopa, cuando vio al hombre irrumpiendo en el tráfico y disparando su arma, supuestamente contra testigos de su delito.

Las imágenes de Menjívar Miranda con el arma en la mano quedaron grabadas y no solo constituyen uno de los casos más representativos de un feminicidio, sino que es la última imagen que se tiene de él. Su rastro se ha esfumado, de eso hace ya casi dos años.

Aunque su rostro también aparece entre los requeridos en el portal de la Interpol, las autoridades no han informado de su localización.

Solo cuatro casos de 34 mujeres asesinadas en abril están resueltos

El caso de Blanca

Sobre el paradero del presunto asesino de Blanca Iris Rivera, la administradora del mercado municipal de Agua Caliente, en Chalatenango, tampoco hay signos. Las autoridades tampoco han dicho si han localizado a Álvaro Antonio Rodríguez Velásquez.

Blanca quedó embrocada sobre su escritorio de trabajo, luego de ser atacada por Rodríguez Velásquez, su expareja y padre de sus dos hijos, la mañana del 15 de julio pasado.

El sujeto, un exsoldado de las Fuerzas Especiales, descrito por la Policía como una persona de “mal carácter” y “ordinario”, llegó a bordo de una motocicleta y le disparó. Así le ponía fin a una tormentosa relación de cuatro años.

Según familiares y las autoridades, Rodríguez, quien para ese momento trabajaba como vigilante de seguridad privada de una granja de la zona, maltrataba física y psicológicamente a Blanca, por lo que en varias ocasiones ella lo denunció en la Policía pero después se arrepentía.

Al momento del ataque, Blanca Iris y Álvaro tenían 15 días de haberse separado y su familia pensó que por fin ella había comprendido que esa relación no le convenía.

Tras matar a la madre de sus hijos, Rodríguez Velásquez huyó en su moto y a varios kilómetros del pueblo la dejó abandonada. Desde entonces no se sabe dónde está. Este sujeto no aparece en el portal de los más buscados de la Interpol ni de la PNC, pero es reclamado por el Juzgado de Paz de Agua Caliente.